Asesinato en Puerto Príncipe, en Haití, de la monja española Isabel Solà Matas, de 51 años. Pertenecía a la congregación católica Jesús María, fundada por Claudina Thévenet, con una misión esencialmente apostólica, orientada a la educación cristiana en todos los ambientes sociales, con la preferencia por los jóvenes, y entre ellos los más pobres.
Isabel Solà Matas, natural de Barcelona, participaba en labores humanitarias desde 2010. La religiosa convivía con los sectores más humildes de Puerto Príncipe. Residiía en Haití desde hacía ocho años. Era enfermera y ayudaba también en labores de formación escolar.
El director de la institución Obras Misionales Pontificias en España, Anastasio Gil García, se ha unido al dolor de las familia de la religiosa Solà Matas en nombre de los 13.000 misioneros españoles repartidos en el mundo.
En su comunicado también destaca la labor humanitaria que están llevando a cabo los cerca de 20 misioneros españoles que se encuentran en Haití. La carta recoge un testimonio escrito por la religiosa después del terremoto que asoló el país en el que describe "la fortaleza del pueblo haitiano" y "agredece la ayuda y solidaridad mostrada desde España".
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