En el escenario de una Cataluña donde ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) desplazó en los comicios al Parlamento Europeo a CiU (Convergència i Unió, la federación nacionalista de Convergència Democràtica de Catalunya y Unió Democràtica de Catalunya) sorprendieron las primeras palabras despectivas de Artur Mas.
Pese a la atención de Juan Carlos I de adelantarle, en llamada personal, su abdicación antes de anunciarla al país, el pasado lunes, Artur Mas no consideró modificar su programa de viaje a Estados Unidos, del 16 al 21 de junio, con desplazamientos inicialmente a Clayton (Carolina del Norte), Palo Alto, Napa Valley, San Francisco, Sacramento y Los Ángeles (California). Consideró que era muy importante el trabajo realizado en la agenda por lo que no veía razones para cambiar lo provisto. La segunda sorpresa llegó con el anuncio de la abstención en el debate de la abdicación de Juan Carlos I en Felipe VI, que es además Príncipe de Girona, y habla perfectamente catalán como el castellano, inglés y francés.
Para patronos, empresarios y sectores muy relevantes de la sociedad catalana, las dos últimas decisiones de un partido que representa al centro derecha, y los sectores conservadores nacionalistas y democristianos, la reacción fue primero de sorpresa y luego de contrariedad. Sobre este asunto hizo un llamamiento además la vicepresidenta del Gobierno -asunto que recogió Hechos de Hoy– y advirtió sobre la cuestión esencial. Los votantes de CiU pueden acabar dando la espalda a un partido que ha sido -y debería seguir siendo- esencial en el pacto del afianzamiento de la democracia tras la dictadura.
Si el río llegaba con aguas fuertes, el consejero de presidencia y portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, encendió más polémicas con declaraciones muy polémicas en francés durante su viaje a Ginebra. "Yo creo que el principal motivo de la abdicación es mantener la empresa familiar" dijo sin pestañear. Tras la fuerte polémica en las redes sociales, especialmente Twitter, trató de arreglarlo asegurando que se refería a "salvaguardar la continuidad de la institución".
En este ambiente llegó la rectificación de Artur Mas. Explicó que acudirá a la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España, y finalizará antes de lo previsto el viaje que tiene programado en Estados Unidos. "Iré a Madrid y asistiré al acto de coronación del nuevo Rey, con el que queremos tener una relación de respeto institucional", anunció Artur Mas en una visita a Colera (Gerona). Cerró uno de los debates, el que hubiera sido más explosivo, el de su ausencia el día en que va a nacer en España un muy anhelado clima de renovación que tendrá precisamente en la relación de Cataluña con España una de sus grandes pruebas.