La alemana Angelique Kerber, sexta del ranking WTA, ha hecho historia en el tenis alemán, dado la sorpresa al lograr el título del Abierto de Australia, tras imponerse en la final a la estadounidense Serena Williams. Kerber venció en tres sets (6-4, 3-6, 6-4) a la número uno del mundo, por lo que se convierte en la segunda alemana de la Era Open, tras Steffi Graf, en ganar un "grande".
De esta manera, Kerber, primera campeona zurda de un Grand Slam desde Monica Seles -cuando ganó este mismo torneo en 1996-, se convertirá a partir de este lunes en la número dos del mundo, tras imponerse en un torneo en el que en primera ronda salvó una pelota de partido en su partido de contra Misaki Doi. "Toda mi vida he estado trabajando muy duro, y ahora estoy aquí, y puedo decir que soy campeona de un Grand Slam, ¡es de locos!. Estas han sido las dos mejores semanas de mi vida", declaró visiblemente emocionada tras la final.
Por su parte, Serena, que defendía el título, no ha podido ganar su novena final de Grand Slam seguida, deja su marca en finales de un grande en 21-5 y se queda a uno del récord de la Era Open de Steffi Graf (22).
La americana inició la contienda haciendo valer su potente saque, pero el guion se le torció cuando en el tercer juego Kerber fue capaz de quebrarle su servicio, siendo la primera en conseguirlo en todo el torneo, e incluso arrancarle algunos aplausos tras varios buenos puntos.
Parecía que Serena se reponía en el sexto, cuando conseguía su primer rotura, pero la alemana respondía con un contrabreak que a la postre le servía para hacerse, tras un juego en blanco, con el primer set de la final tras 40 minutos de juego. En Melbourne, la gente se levantaba de sus asientos de la incredulidad, mientras la número uno del mundo se mentalizaba para remontar después de un parcial en el que cometió hasta 23 errores no forzados.
La igualdad caracterizó el comienzo de la segunda manga, en la que los puntos largos se hicieron habituales. En el cuarto juego, la estadounidense logró el segundo quiebre del encuentro -en la tercera bola de rotura-, confirmado en su siguiente saque. Con ello, empataba el duelo.
Así, todo se decidiría en el tercer y definitivo set. Comenzó mal para Serena, que cedía su primer saque en el segundo juego, aunque luego lo neutralizaba con un break en el siguiente.
Sin embargo, la séptima cabeza de serie estaba dispuesta a seguir dando guerra. El sexto juego se volvió infinito, con la de Michigan salvando hasta cuatro bolas de quiebre, pero sucumbió en la quinta para que Kerber, que luego puso el 5-2, se acercase al título.
Serena hizo gala de su calidad y rompió en el noveno juego para abrir de nuevo la final. Pero el destino ya se había decantado del lado de la germana; en el décimo juego, en su primera pelota de partido y al resto, Kerber no falló e hizo ver que Serena también es mortal.
De inmediato, Kerber recibió la felicitación por Twitter de deportistas alemanes, no sólo del mundo del tenis, sino también del fútbol, como Schweinsteiger, o de la Fórmula 1 como Nico Rosberg.