Horas de trepidación política: el presidente del Gobierno retiró la ley del aborto  y el ministro de Justicia dimitió, dejó su escaño, el Partido Popular y la política. ¿Se equivocó Mariano Rajoy o Alberto Ruiz-Gallardón? Es el gran debate  pero muy probablemente la respuesta está en lo segundo. El encargo que le hizo el presidente del Gobierno al ministro de Justicia apuntaba al sentido común de la protección de la familia, y no al de abrir un debate que ha dividido al Partido Popular y creado un rechazo y controversia.

Mariano Rajoy hizo bien en definir su posición, que es la de buscar el centro político, en lo que él cree con firmeza. No aciertan quienes consideran que La Moncloa o el presidente del Gobierno se rigen por el oráculo del marketing político. Rajoy, para lo mejor o para lo peor, tiene un análisis menos sofisticado. Seguramente quien ha llegado a conocerle mejor -más que en su propio partido- es Angela Merkel y su sorpresa fue grata.

Lo peor de la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón estuvo en su falta de medida del tiempo político. Su dimisión no daña al presidente ni al Gobierno sino a la imagen de España en un momento en que toda la atención debería estar en el viaje del Rey a Nueva York, la primera visita a China del presidente y la necesidad de unidad ante el órdago de Artur Mas.

Ante una crisis imprevista, Rafael Catalá Polo se convirtió en nuevo ministro de Justicia. Es el actual secretario de Estado de Infraestructuras, Tranporte y Vivienda. Es un perfil técnico más que político -como se apuntó a Hechos de Hoy-, colaborador directo de Ana Pastor, y secretario de Estado de Justicia en la etapa de José María Michavila. El presidente permanecerá fuera del país hasta el próxima domingo, que es cuando aterrizará de nuevo en España.