No se puede comprender la historia del fútbol actual, el deporte que mueve audiencias millonarias en la escena global, sin la figura estelar de Alfredo Di Stéfano, el jugador que de Buenos Aires a Madrid, en una historia personal que fue una aventura prodigiosa, dejó una estela de grandeza.
Pelé y Alfredo Di Stéfano convirtieron al fútbol en deporte y espectáculo que alcanzó en la Copa del Mundo su mayor proyección. Di Stéfano fue el hombre de la frontera, con su fortísima personalidad que nunca perdió, convirtiendo al fútbol en el deporte total, ensanchando el campo y sentando las bases de los actuales diseños tácticos y estrategias.
Alfredo Di Stéfano vivió su plena madurez en el Real Madrid. Cimentó su leyenda. Fue el arquitecto de cinco títulos de la Copa de Europa. Tuvo autoridad máxima y dejó la lección del jugador total, ejemplo para generaciones enteras del mayor espectáculo. Kissinger admitió que el gran error de Estados Unidos fue el de no haber tenido rápidamente una poderosa selección nacional de fútbol que hubiera cambiado la historia de la Guerra Fría y creado espacios de rivalidad deportiva y encuentro con la entonces Unión Soviética.
De forma muy gráfica. Alfredo Di Stéfano estuvo en el gozne del blanco y negro al color, de la antigua cultura a la nueva, de lo que fue el cine mudo al sonoro. Sarcástico y mordaz, siempre generoso, brillando en la lealtad y la solidaridad, Alfredo Di Stéfano tuvo su etapa plena de reconocimiento y prestigio como presidente de honor del Real Madrid.
Fueron impresionantes -como destacó Hechos de Hoy– las lágrimas de Florentino Pérez y ver la emoción profunda de Iker Casillas y Sergio Ramos, capitanes del Real Madrid, en el último adiós. Los reyes Felipe VI y Letizia reconocieron la figura de Alfredo Di Stéfano. De Buenos Aires a Madrid, y del River Plate y Millonarios al Real Madrid, deja el legado de ser humilde y grande, siempre audaz, y leal y solidario. Mantuvo hasta el último momento de una vida plena su pasión por un deporte lleno de lecciones de vida.