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Ucrania y COVID

Ucrania y COVID, las dos grandes cuestiones del Consejo Europeo. (Foto: @vonderleyen)

CUMBRE EN BRUSELAS

Alarma ante la variante ómicron por su rápida propagación en Europa

Reunión del Consejo Europeo con toda la prioridad a la rápida extensión en Europa de la variante más temible del coronavirus, la ómicron surgida en Sudáfrica. Ucrania, segundo asunto de peso.

Hechosdehoy / Hechos de Hoy / UN / Mario M. García

Cumbre europea exprés por el nuevo golpe de la COVID-19.

E una muy apretada agenda, la evolución de la situación por lo que respecta a la COVID-19: la gestión de crisis y la resiliencia; los precios de la energía; la seguridad y la defensa; los aspectos exteriores de la migración y la situación en Bielorrusia

Los líderes de la Unión Europea quieren afianzar la apuesta por la vacunación como eje central de la acción frente al repunte de contagios por coronavirus. Quieren lreiterar a necesidad de coordinarse mejor en caso de nuevas medidas, una tarea compleja de la que ya se han descolgado varios países. Portugal e Italia han anunciado restricciones a los viajes de europeos durante las próximas vacaciones.

Con un tercio de la población europea aún por vacunar contra el coronavirus a pesar de contar con recursos suficientes, los líderes tienen entre sus prioridades reforzar la estrategia de vacunación. Es un objetivo también afinar la lucha contra la desinformación que frena a los indecisos.

También quieren insistir en la importancia de inocular la dosis de refuerzo en los pacientes que completaron su pauta en la primera campaña de vacunación. Se pretende también agilizar la administración de la vacuna en los menores de doce años. Son dos de las medidas clave para contener el avance de la variante ómicron.

Según avanzo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al explicar los objetivos de esta cumbre, la preocupación por ómicron es creciente por su rápida propagación. Se estima que "a mediados de enero será la variante predominante en Europa".

Sin embargo, sigue habiendo poca información científica sobre las características de la variante Es la razón por la que la mayoría de gobiernos europeos están pidiendo más tiempo antes de decidir si ven necesarias nuevas restricciones.

La alerta por la variante ómicron llevó a la mesa de discusión la posibilidad de imponer PCR negativas a todos los visitantes extracomunitarios, incluidos los no vacunados. Pero no cuenta de momento con suficientes apoyos, más por la falta de dictámenes científicos que por reservas a elevar las restricciones en contra de lo acordado hasta ahora.

Estas dudas han ralentizado también los tiempos de la propuesta de la Comisión Europea para revisar los criterios del mapa de riesgo. Y, para incluir la tasa de vacunación y restringir los viajes de los no vacunados en zonas de alto riesgo. Se espera la luz verde a la idea de que el Certificado COVID caduque a los nueve meses si su titular no tiene dosis de refuerzo.

La Unión Europea cuenta desde julio con el Certificado COVID-UE. Fue diseñado para garantizar la libre circulación de los europeos que estén plenamente vacunados, recientemente curados o presenten un test negativo.

Este entendimiento incluye el compromiso de que los Veintisiete no impondrían condiciones adicionales a los europeos titulares de este certificado. Pero varios de los socios han empezado a alejarse de lo pactado por miedo al repunte de casos y la proximidad de las fiestas de la Navidad.

El primer país en exigir un test negativo al margen del certificado de vacunación para entrar en su territorio fue Portugal, desde el 1 de diciembre. Irlanda siguió sus pasos el 5 de diciembre. Por su parte, Italia anunció el martes que impondrá una cuarentena de cinco días para los pasajeros procedentes de países de la Unión Europea que no estén vacunados y un test negativo para aquellos que sí estén inoculados.

La decisión del Gobierno de Mario Draghi, sin aviso previo a sus socios ni a Bruselas pese a existir el compromiso de hacerlo, ha causado sorpresa  en algunos de los Estados miembro que esperan explicaciones en esta cumbre.

La parte de exteriores estará marcada por las tensiones con Rusia. Sobre todo después de que el despliegue militar en la frontera con Ucrania haya hecho saltar las alarmas sobre una nueva invasión al país vecino, tras el precedente de Crimea en 2014.

La Unión Europea ha mandado mensajes de advertencia a Moscú sobre el alto coste político y económico de cualquier agresión contra Kiev. Y ya prepara un arsenal de sanciones sin precedentes destinadas a cortocircuitar su economía.

En todo caso, los Veintisiete no quieren dar un paso en falso y aunque preparan la respuesta, están centrados en no agravar las tensiones. En Bruselas consideran que cualquier medida a destiempo podría servir a Rusia para justificar una acción, por lo que insisten en mantener los canales abiertos con Moscú para contribuir a aliviar la crisis.

La larga agenda del Consejo Europeo, reducido en tiempo de dos a un solo día por la situación epidemiológica en toda la Unión, incluye otros asuntos que preocupan a algunos de los socios pero para los que la reflexión se enmarca más a largo plazo. No se esperan discusiones extensas, como la dimensión exterior de la política migratoria común o la situación de los precios de la energía.

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