Es sorprendente que Aguasantas ocupe la portada del ¡Qué me dices!, sobre todo porque se creía que ya había contado lo que tenía que contar. Sin embargo, parece que le quedaba algo en el candelero. "Raquel Bollo en la intimidad es muy agresiva, igual que su hijo", son sus sorprendentes declaraciones.
En la entrevista reconoce que la colaboradora de Sálvame "no le puso la mano encima", pero no aclara a quién sí. La llama "manipuladora" y asegura que sabe dar "con los puntos débiles de las personas". No tiene problema en reconocer que su objetivo ahora es "ponerse al ladito de La Bollo" en Sálvame y se arrepiente de "no haberse puesto más autoritaria" con Raquel cuando entró en la casa de Gran Hermano como invitada, porque lo que buscaba era que abandonase la casa.
Otra de las noticias está protagonizada por Raquel Mosquera e Isi. Aparecen comiéndose a besos, "perreándose" con caras de lujuria, y una manicura estropeada con la que enseña con orgullo su anillo de pedida, tal y como cuenta la revista, para dar la exclusiva de que llevan "dos años de amor" y que ya están "pensando en casarse".
Pronto lleva en portada a Letizia Ortiz para hablar "del otro Felipe en la vida de la Reina". Además, habla del documental de Juan Carlos I que se emitió en Francia la semana pasada y que no se vio en España. El reportaje sigue siendo de lo más comentado en la prensa rosa por las declaraciones como que "Letizia es buena madre".
La publicación también hace un adelanto de los invitados de esta semana al programa de Bertín Osborne: Sara Carbonero e Iker Casillas. En esta ocasión, En la tuya o en la mía se rodó en la casa de éstos en Oporto.
Caroli Dilli, conocida como la tatuadora del boxeo, la protagonista de la portada de Interviú de esta semana, que llega este lunes a los quioscos. Nació en el mismo estado brasileño que la modelo Gisele Bündchen y la presentadora Xuxa, tierra de mujeres bellas y peleonas. Caroli Dilli es luchadora y una de las más afamadas tatuadoras de boxeadores y practicantes de artes marciales.
Vive en Madrid desde hace una década y ha convertido sus dibujos en auténticas armaduras emocionales y espirituales. "Las artes marciales cambian la actitud, la mirada, la forma de caminar, de pensar. Dejas de parecer una víctima", asegura Dilli. Para esta mujer, que aprendió a sobrevivir en una barriada pobre y violenta, el tatuaje es su pasión: "La esencia del tatuaje es marcar en la piel algo que sea realmente importante, lo estético está en segundo plano".