La ONU señala además, que el recurso agua se utiliza para la generación de energía geotérmica, que es una alternativa para la energía en los países con escasez de agua.
El Agua y la Energía
El agua y la energía son esenciales para la vida, para el crecimiento económico y para el progreso humano.
Desde el primer momento hay que tener en cuenta que el grado de desarrollo de un país determina su necesidad de acceso a las necesidades básicas (agua, alimento y energía eléctrica) y, en definitiva, la forma de abordar este problema. En cualquier caso, habrá que intentar que el desarrollo se planifique teniendo en cuenta los aspectos medioambientales, culturales y las necesidades de la sociedad.
El progreso económico viene acompañado de nuevos y mayores desafíos para equilibrar unos recursos limitados con unas demandas crecientes impulsadas entre otros factores por las necesidades de agua y energía para mantener y mejorar la seguridad alimentaria.
Agua y Energía 2014 (Imagen: ONU)
En algún punto de su proceso de desarrollo todos los países deben reconocer la imposibilidad de continuar y mantener el avance de sus economías sin hacer cambios radicales en la manera de gestionar los recursos disponibles con el fin de conservar los ecosistemas proveedores de agua y otros muchos servicios ambientales para las personas, para el funcionamiento de la economía y para el propio mantenimiento de los ecosistemas de los que dichos servicios dependen en última instancia.
El crecimiento económico exige movilizar el potencial de los ecosistemas para satisfacer las demandas insatisfechas y crecientes de agua y energía. Estos dos elementos son esenciales para la vida y para el funcionamiento de muchos procesos de producción y consumo en los que el agua y la energía intervienen como recursos productivos irremplazables.
El cambio climático, el crecimiento demográfico, la urbanización y el crecimiento del consumo de agua y energía siguen siendo las causas principales del deterioro de los ecosistemas.
Los problemas del agua y de la energía están interconectados de modo tal que, a pesar del éxito a corto plazo de algunas alternativas, las respuestas parciales están destinadas a fracasar en el largo plazo. Las soluciones no pueden consistir en seguir alternativas que resuelven los problemas de la energía aumentando la escasez de agua o que mejoran la seguridad hídrica agravando los problemas energéticos o, aún peor, pretendiendo resolver los dos problemas a expensas del medio ambiente.
Presión sobre los recursos naturales
El consumo total de energía ya es hoy seis veces superior al de 1950 (WWDR) y se espera un crecimiento de un 55% para el 2030 debido al efecto combinado del crecimiento de la población y la mejora de los estándares de vida.
La presión sobre los recursos naturales y los problemas de escasez que conlleva el progreso material hacen que, tarde o temprano, los países descubran la necesidad de cambiar el modo en que gestionan sus recursos y empiecen a valorar los beneficios de la conservación de los ecosistemas hídricos así como de los valiosos servicios que éstos producen para las personas, para la economía y para los propios ecosistemas de los que las personas y la economía dependen en última instancia.
Desafíos
El agua y la energía se pueden gestionar conjuntamente de una manera sostenible siempre que los desafíos se lleven a lo más alto de la agenda de gobierno. Todavía existen oportunidades inexplotadas para gestionar adecuadamente el aumento de la demanda de agua y energía, para aumentar la eficiencia con que se usan los dos recursos y para incorporar fuentes alternativas.
Los recursos disponibles y las mejores tecnologías existentes permiten afirmar que todavía es posible encontrar el equilibrio entre la oferta y la demanda de agua y energía en un nivel que pueda mantenerse en el tiempo.
Las estrategias energéticas e hídricas se deben rediseñar con una visión de largo plazo. Aunque las prioridades más inmediatas, como cubrir las amplias necesidades insatisfechas y los déficits actuales, parezcan más urgentes, las prioridades del largo plazo no se pueden desconocer ni relegar.
Los objetivos de acceso al agua y la energía deben formar parte de estrategias integrales más ambiciosas para la construcción de fortalezas, para el aumento de la seguridad colectiva y de la capacidad de adaptación.
Posteriormente se introdujeron pequeñas modificaciones al texto de la Ley y a las funciones anteriores confiadas a AyE se agregó el inventario y evaluación de los recursos de los ríos y otros cursos de agua, sus cuencas y demás fuentes de alimentación utilizables con fines de riego, bebida y aprovechamiento energético.
(Fuente: ONU / AAPN)