Jueves 10 de diciembre de cambio histórico en Argentina pero lleno de tensiones hasta el último minuto de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (ver en Hechos de Hoy, Juan Carlos I en taxi, Juliana niega los gritos, y la juez Servini de Cubría,y el análisis general de Cristina Fernández de Kirchner, portazo final a Mauricio Macri).
Cristina estableció su propio cronograma. Llevó su crisis personal hasta el final negándose a un acto solemne en la Casa Rosada de traspaso de mando con entrega del bastón y la banda presidencal. Y llamó incluso a la rebeldía a diputados y senadores buscando la imagen de escaños vacíos en el Congreso y de ruptura y país partido.
Junto a Evo Morales, quien siente la soledad tras la derrota del chavismo en Venezuela, inauguró en el hall de honor de la Casa Rosada un busto de Néstor Kirchner. Pudo hacerlo en otro momento pero quiso dejar esa imagen antes de comparecer en Plaza de Mayo con un encendido discurso.
En su despedida criticó la "agenda que desde afuera se ha impuesto a la región", apuntando a los focos de "hegemonía mediática", "un eje político" y el "partido judicial". Se rodeó de ministros y gobernadores junto a su hijo Máximo y su nieto Néstor Iván. En Plaza de Mayo asistió al baño de masas que pretendía, buscando poder e intimidación hasta el último momento en despedida de tintes dramáticos en lugar de afianzar serenidad y moderación.
El retrato de Alfredo Casero
Cristina tuvo la respuesta acerada del actor Alfredo Casero, quien protagonizó choques mediáticos con Víctor Hugo Morales, Estela de Carlotto y Diego Brancatelli.
En el programa de Ernesto Tenembaum (Radio con Vos) fue crítico con la personalidad y la gestión de Cristina.
"Tendríamos que habernos dado cuenta antes de que era una persona enferma, todo esto es una vergüenza. Existe una enfermedad clarísima, que es la sociopatía. Maneja un montón de gente que la lleva de acá para allá, lo lamentable es la cantidad de pibes jóvenes a los que les terminaron mintiendo", dijo Alfredo Casero en su retrato de Cristina.
Para las delegaciones extranjeras en Buenos Aires (incluido el rey emérito Juan Carlos I), una sorpresa asistir a estos forcejeos y el ambiente cargado. La esperanza también de que vuelva la serenidad y haya sosiego para Argentina en esta nueva etapa que se abre y comienza Mauricio Macri lleno de ilusión pero sabiendo bien las dificultades que le esperan.