En la clausura del XVII Foro Atlántico Ámérica y Europa: Democracia y Libertad, Alberto Núñez Feijóo fue rotundo en su aviso. Ninguna democracia es inmune a aventureros irresponsables que quieran menoscabarla.
El jefe de la Oposición presidente del Partido Popular alertó ante la coyuntura de riesgo democrático en España al apuntar -como ya ha avanzado Hechos de Hoy– algunos de los “riesgos democráticos” que se están produciendo en nuestro país, como los intentos de controlar el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y los medios de comunicación
Advirtió del debilitamiento del control parlamentario por parte de un Gobierno sin mayoría parlamentaria, que en las pocas ocasiones que legisla lo hace a través de decreto ley y que emplea las sesiones de control para insultar a la oposición en lugar de rendir cuentas.
Denunció la ocupación del Estado y de buena parte de los entes y organismos públicos, como el Tribunal Constitucional, el CIS, RTVE o la CNMC, así como la irrupción del Gobierno en sectores productivos con el fin de controlarlos y orientarlos con dinero público.
Previno sobre el peligro de las redes clientelares, en referencia a los detalles cada vez más escabrosos de una serie de tramas de corrupción, prácticas corruptas y comportamientos censurables por parte del Gobierno, el PSOE y el entorno del jefe del Ejecutivo.
“Ninguna constitución sobrevive a la falta de voluntad de cumplir y hacer cumplir las leyes por parte de los poderes públicos”, subrayó.
Destacó que en España contamos con un nivel adicional de protección institucional, social y económica gracias a la Unión Europea, como demuestra el acuerdo alcanzado para despolitizar la justicia y renovar el CGPJ.
Subraya que este acuerdo, alcanzado gracias a la Comisión Europea y a la vigilancia que las instituciones europeas ejercen y van a ejercer, no hubiera sido posible sin Europa.
Coincidió con el Rey Felipe VI al asegurar que España es una nación americana y señaló que Iberoamérica es parte del ADN de nuestro país porque formamos parte de una misma comunidad con valores compartidos.
Aseguró que los regímenes que “hablan en español” empobrecen a sus ciudadanos y promueven la corrupción más obscena, apoyándose en países como Rusia o Irán, cuyo objetivo es desestabilizar las democracias.
Subrayó que todas ellas presentan variantes de la misma receta: control de los medios, del poder judicial y de sectores productivos, ocupación de las instituciones del Estado, debilitamiento del control parlamentario, prácticas clientelistas y un cierto grado de represión.
“Sin libertades políticas no puede combatirse la desigualdad, caldo de cultivo de los populismos. Y para sostener esa libertad tenemos que ampliar la clase media”, subrayó.
Venezuela, el reto más inmediato
Invitó a tomar nota de lo sucedido en otras latitudes y unirnos en una lucha común en defensa de los valores democráticos, la institucionalidad, del Estado de derecho, el pluralismo y los derechos humanos.
Sitúó a Venezuela como el reto más inmediato y advirtió que las elecciones del 28 de julio no serán ni justas ni libres tras inhabilitarse a varios candidatos legítimos, detenido arbitrariamente a numerosos opositores e impedido o limitado las misiones de observación electoral.
Elogió las lecciones de la oposición democrática venezolana, que ha permanecido unida, organizado unas primarias ejemplares y generado entusiasmo y esperanza entre una amplia mayoría de ciudadanos.
“Deseo que la libertad y la democracia vuelvan a Venezuela. En ese camino, los venezolanos cuentan con todo mi apoyo y el del Partido Popular“, subrayó.
Censuró la connivencia del Gobierno con el régimen de Maduro y que haya abandonado la política de Estado en Iberoamérica, convirtiéndola en una política partidista.
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