Benjamín Netanyahu deberá sopesar sus pasos ante el vuelco en el último momento a favor del Likud y una victoria que ni él mismo esperaba.
Para las empresas de sondeos, una sorpresa y un fiasco que pasará a los libros del marketing político y la investigación de elecciones a pie de urnas. Los tres sondeos de los principales canales de televisión -como informó Hechos de Hoy– había augurado una situación de empate entre Benjamín Netanyahu y la lista de Isaac Herzog y Tzipi Livni.
Ver este miércoles que no fue así ha levantado decepción, suspicacias y cierta incertidumbre. Bajo el liderazgo de Benjamín Netanyahu no se ha avanzado en la relación con Estados Unidos. En la fiebre de ganar las elecciones con golpes bajos, negó además -en la víspera- votar un Estado para Palestina. Se mantiene también desafiante sobre la firma de un acuerdo entre Estados Unidos e Irán que abra la plena normalización desbloquando a la vez la negociación nuclear.
Todo son incógnitas de calado para la población ante un líder político que cuenta con un fuerte rechazo de parte importante de la población en un escenario todavía más complejo y fragmentado.
Finalmente Likud obtiene 30 escaños frente a los 24 de la coalición de centroizquierda Unión Sionista, encabezada por el laborista Isaac Herzog y Tzipi Livni, en un Parlamento de 120 miembros. Benjamín Netanyahu se prepara para ser reelegido para un cuarto mandato como jefe de Gobierno, el tercero consecutivo desde 2009.