Sería una enorme injusticia poner esta doble crisis -de refugiados y de emigrantes económicos desesperados- sólo en las espaldas de Alemania. Igualmente quedaría en un simple análisis político apuntar únicamente a Angela Merkel. Es una crisis de liderazgo compartido en la realmente crucial cumbre extraordinaria de la Unión Europea con Turquía.
El primer ministro en Ankara, Ahmet Davutoglu, es la voz de Turquía en esta cumbre. Se pretende que el país asuma el flujo de enorme presión social. Pero no es una cumbre de chequera. No se trata, aunque hubiera dinero, de pagar a Turquía por sus servicios. De una vez la Unión Europea tiene que reflexionar sobre su relación con Turquía, dentro de la OTAN y fuera de Europa. Comprender también la importancia de las políticas y las estrategias en Siria, y mirar hacia zonas de desastre en África.
La cumbre de la Unión Europea y Turquía se desarrolla en un marco que avanza de fronteras cerradas y de una situación de bloqueo en Grecia. Es realmente una reunión de última hora para la credibilidad del liderazgo europeo en un desafío político y moral, de mayor envergadura que la crisis finanaciera.
Se trata por tanto de un escenario complejo de debates en Bruselas. Primero una reunión con Ahmet Davutoglu. Luego, un debate de los 28 paises miembros de la Unión Europea al más alto nivel. De nuevo cen a, y más reuniones, con encuentros en las orillas de esta cumbre.
El foco de los debates sobre los refugiados primero, y también sobre los emigrantes económicos, las personas sin derecho a asilo. La Unión Europea ha impuesto visados a 70 países. La crisis de los refugiados -como informó Hechos de Hoy– ha sido utilizada por mafias y tramas para llevar a Turquía a expediciones que han partido desde Marruecos o Pakistán, por poner dos ejemplos elocuentes. Sin mencionar los riesgos de que este flujo de refugiados haya sido utilizado por la guerrilla suní radical de Daeh (Estado Islámico).
Inquieta también la fabilidad de Recep Tayyip Erdogan y los escenarios de Turquía oscilando entre autoritarismo y represión, y un régimen de libertades. Pero el corazón de todas las discursiones en esta cumbre de Unión Europea y Turquía pasa por preservar el llamado espacio Schengen o volarlo. Es la opción dramática de proteger todo lo que significa el edificio de la Unión Europea o ponerse manos a la obra de su demolición.