El minuto de oro de Feijóo
El presidente del Partido Popular terminó su intervención en el debate dando las gracias a los espectadores por seguir este cara a cara.
“Quiero ser presidente pero no quiero serlo de cualquier forma”. “Y la mejor forma es que ustedes voten masivamente el próximo día 23 para acabar con los bloqueos y los bloques que en este momento están atenazando a la política española.
Una mayoría fuerte sin necesidad de contar con los extremos es fundamental para avanzar porque los extremos saben bloquear pero no saben gobernar”, señaló Feijóo. “Seré un presidente de fiar, no voy a mentir a los españoles y voy a escuchar sus problemas”, recalcó el líder popular que también aseguró que va a cumplir con su programa, sus compromisos y sus principios”.
Acabo recordando las cuatro mayorías absolutas que consiguió en Galicia y asegurando que solo pretende ser un político útil “que se ocupe de su problemas, de sus dificultades y también de sus ilusiones”.
Un debate inesperado
Lo más sorprenden fue contemplar a Pedro Sánchez aferrado al guión de sus fichas. Las leyó de forma continua repitiendo sus mensajes.
Crispado y desarbolado, quedó sorprendido por ver a un Feijóo distendido, de buen humor, pero al ataque. Feijóo estuvo relejado, improvisando continuamente , y evitando todas las minas que le ponía el presidente.
En un momento, Feijóo llamó a Sánchez a debatir con Abascal y proponerle “una solución para liberarle de sus fantasmas”. Fue cuando Sánchez perdió los nervios, y dejó de escuchar a los moderadores que le pedían que callara mientras él, los ojos muy abiertos, imprecaba a Feijóo.
Lo que se vio al principio se fue confirmando. Sanchez perdió todos los bloques. Gritón, sin dekar hablar, crispado, se fue enfadando cada vez más al ver la tranquilidad pasmosa de Feijóo, su posición sólida, y su sentido del humor. Le acabó por desquiciar además el comprobar que encima Feijóo se lo estaba `pasando muy bien.
Feijóo propuso a Sánchez en el debate firmar un compromiso para que gobierne la lista más votada en las elecciones del 23 de julio. Pero el candidato del PSOE se negó a responder y valorar la cuestión clave..
Pero de nuevo Feijóo puso sobre la mesa la cuestión clave. Insistió en su oferta a Sánchez para que gobierne la lista más votada en el Congreso. Y se comprometió a que el PP facilitará su investidura si el PSOE gana las elecciones.
Sánchez y Feijóo se intercambiaron duros reproches durante el cara a cara. Se enzarzaron en una continua disputa por los datos económicos, las consecuencias de la ley del sí es sí, o los acuerdos con Vox, con reproches insistentes y quitándose la palabra, complicando la difusión de sus mensajes.
Los dos no han parado de interrumpirse, así como de acusarse recíprocamente de no decir la verdad y de trasladar sus quejas porque uno no dejaba hablar al otro para exponer sus planteamientos.
Pero Sánchez acabó desarbolado y perdió.
¿Qué impacto tendrá en la campaña?
Es una incógnota. Pero demostro el acierto de Feijóo de escuchar a la gente y caminar una y otra vez por pueblos y ciudades en todas las comunidades. El debate ha encendido más focos sobre él. Cada vez se le conoce más. Y por esa senda seguirá avanzando. En una sitiación muy parecida a la de Juanma Moreno en Andalucía o Isabel Díaz Ayuso en ls Comunidad de Madrid al conseguir los apoyos de votantes de PP, Vox y PSOE para lograr la mayoróia absoluta.
¿Lo logrará Feijóo? Es ese ahora el gran interrogante que se abre con fuerza en la campaña electoral.