Son dos modelos para Brasil.

El representado por el actual presidente, Jair Bolsonaro. Fue girando de una posición de ultraderecha a derecha dura o nuevo neoconservadurismo que caló en la primera vuelta.

El liderado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que giró de una posición socialdemócrata a socialista radical y populista.

Pero ambos han girado al final a intentar dejar al costado la imagen de malos candidatos para Brasil.

Todo está indicando en el escrutinio que habrá que esperar al último voto. Pero las tendencias apuntan a un vencedor claro sin empate técnico. Esta vez las encuestas han estado divididas ante el poder del voto oculto que puede decantarse en las dos direcciones.

El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva ha denunciado que la Policía Federal de Carreteras ha cortado carreteras para obstaculizar el tránsito de votantes lulistas.

El presidente del Tribunal Superior Electoral Alexandre de Moraes, ha asegurado que esos cortes no han impedido que la ciudadanía acuda a las urnas descartando ampliar el horario de votación.

Más de 156 millones de brasileños estaban llamados a las urnas en la segunda vuelta de los comicios en los 26 Estados del país. Jair Bolsonaro ha votado en Río de Janeiro y viaja luego a Brasilia, donde esperará los resultados.“Si Dios quiere, saldremos victoriosos”, ha dicho.

Lula de Silva votó en un colegio de Sao Bernardo do Campo, en la periferia industrial de Sao Paulo. “Hoy el pueblo está definiendo el modelo de Brasil que desea”, sentenció.