Un clima de indignación contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y su negociación secreta sobre la Ley de Amnistía con los cuatros partidos secesionistas (BNG, EH Bildu, ERC y Junts). La mayor pitada y los mayores abucheos a Sánchez que refleja las mentiras, engaños y secretismo -como ha informado Hechos de Hoy- de Sánchez sobre la Ley de Amnistía y el referéndum para la independencia de Cataluña.
En los actos de la Fiesta Nacional, Pedro Sánchez no ha podido evitar los abucheos y los gritos críticos con él durante varios minutos. En esta ocasión la tribuna de autoridades se ha situado en la Plaza Cánovas del Castillo, donde se ubica la fuente de Neptuno. De allí han salido también pitos y abucheos.
Sánchez alargó su llegada para no tener que esperar en solitario al Rey. Ha llegado a las 10:57 cuando el acto empezaba a las 11 de la mañana. Ha tenido que escuchar gritos como “¡Sánchez, atiende, España no se vende!”.
Aunque el público ha estado más lejos que nunca de las autoridades, los asistentes han dejado mostrar su descontento con las políticas del Gobierno de PSOE y Podemos apoyado en ERC, Junts, Bildu y otros partidos radicales. El Gobierno suprimió la grada de invitados para acabar uno de los focos de pitos y abucheos en el desfile. Pero fracasó.
El presidente llegó a escondidas por la calle Felipe IV, entre el Hotel Ritz y el Museo del Prado. Un acceso trasero y secundario para pasar lo más desapercibido posible. Al llegar Sánchez ha saludado como marca el protocolo a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.