CNN y Univisión ofrecieron en inglés y en español el histórico debate. Para los analistas en general -las sensaciones recogidas por Hecho de Hoy– la campaña acaba de dar un giro copernicano en Estados Unidos.
En el debate, los malos resultados de Joe Biden y las falsedades de Donald Trump. En la encuesta de la CNN, Trump barrió a Biden por 67% frente a 33%. Enorme impacto en los mercados y en las Bolsas. Biden perdió la energía que mostró en el Debate sobre el Estado de la Unión.
Enorme sorpresa en el Partido Demócrata. Se esperaba que, tras una minuciosa preparación, Joe Biden barriera a su rival, mostrara un tono enérgico y victorioso, y demostrara su liderazgo como sucedió en el Debate sobre el Estado de la Unión.
Pero sucedió todo lo contrario en lo que fue gran sorpresa y desolación para el Partido Demócrata. Joe Biden no es que sólo sea una persona mayor, de 81 años. Otros, a su edad, han mostrado un perfecto estado de conservación físico y mental.
Pero Biden, claramente no. El debate mostró que además de la edad, 81 años, hay otros factores. El presidente duda. Se muestra tembloroso. Su voz se convierte por momentos en un hilo. Habla cada vez nás despacio. Está muy rígido en sus movimientos. Y pierde, y es algo que se repite, el sentio exacto de su ubicación. A veces tiene que ser ayudado, con respeto y tacto, como si fuera un anciano.
Lo que eran impresiones, cuchicheos, lenguas afiladas y navajas preparadas -el ambiente político en la capital- se convirtieron en evidencias en Atlanta. El Partido Demócrata esperaba que el debate entre Joe Biden y Donald Trump sirviera para despejar las dudas sobre la capacidad del actual presidente de Estados Unidos para ganar un segundo mandato. Sin duda así sucedió. Pero en sentido contrario. Fue justo al revés.
Biden mostró que sufre senilidad. Avanza además de forma acelerada. Es una degeneración progresiva de las facultades físicas y psíquicas.
Sin duda el Partido Demócrata ha entrado en pánico.
La primera prioridad es la de convencer a Biden y, sobre todo, a su mujer, Jill, de que retire su candidatura. Si el presidente lo hace, se abrirá en la Convención de agosto la elección de un nuevo candidato.
Para Brett Bruen, exmiembro del Consejo de Seguridad de Barack Obama , “Biden necesita retirarse y dejar que la Convención Nacional Demócrata elija a otro candidato más capaz”.
En la primera reacción, Joe Biden y Kamala Harris se han negado en redondo. Pero el alud de críticas es demoledor y crece sin cesar. La agencia de noticias Associated Press sentenció el debate como “un Biden ronco da respuestas deshilvanadas, mientas que Trump contraataca con energía y falsedades“.
Por su parte Trump no dijo una verdad y mostró su catadura moral. Ignoró y despreció a los moderadores, Jake Tapper y Dana Bash.
A la pregunta “¿qué ha hecho usted por la América negra?”, Trump respondió con un “nunca tuve sexo con una estrella porno”.
No condenó el asalto al Capitolio y se negó tres veces a decir si aceptará el resultados de las elecciones del 5 de noviembre.
Y volvió a repetir un mensaje muy preocupante para Europa.
“No deberíamos estar gastando este dinero en esta guerra”, en referencia a Ucrania, donde volvió a repetir la falsedad de que “cada vez que Zelenski viene a este país se lleva 60.000 millones de dólares” e insistió en llamarle “vendedor”.
Atención a la reflexión sobre este desastre del matrimonio Obama. Barack podría animar a su mujer a dar un primer paso. Si Michelle anuncia su participación en la carrera demócrata serí un bombazo. Si Biden, y su mujer, se resiten a lo evidente, el daño será enorme para el Partido Demócrata, Estados Unidos y un mundo en estado de turbulencia y cambio.
Sin duda se ha abierto -en el sentido acuñado por la Grecia clásica- un momento trágico en Estados Unidos que supera el marco de la llegada de un simple cisne negro.
