Dos fotos quedaron de la jornada electoral en Uruguay República Oriental del Uruguay): el abrazo de Luis Lacalle Pou y Pedro Bordaberry, en declaración de intenciones ante la segunda y definitiva vuelta electoral, y los nervios de Tabaré Vázquez por la batalla voto a voto en la búsqueda de la mayoría parlamentaria.
Puede suceder que la victoria en el Parlamento (Cámara de Diputados y Senado) no se traduzca en una victoria paralela en la elección presidencial. Por el momento Luis Lacalle Pou y Pedro Bordaberry sellaron la alianza de cara al duelo con Tabaré Vázquez el 30 de noviembre, una nueva batalla que en el arranque es incierta y muy apretada. Se augura un escenario como el vivido en Brasil en el que Dilma Rousseff tuvo una victoria estrecha creciendo Aécio Neves (asunto que destacó Hechos de Hoy) como poderoso jefe de la oposición, un escenario inédito en el lulismo.
En el Frente Amplio, confianza ante un resultado muy sólido, y satisfacción por el resultado del referéndum: la consulta para bajar la edad de imputabilidad no tuvo el apoyo que se esperaba. El Frente Amplio lo leyó como victoria propia. Atención también en la escena política de Uruguay al Partido Independiente. Se convierte en actor clave de alianzas. Su líder, Pablo Mieres, optó por la prudencia.
En la batalla del centroizquierda y el centroderecha, habrá un duelo ideológico, y también generacional. Continuidad o cambio. Dos factores que van a pesar con la misma fuerza en una campaña que aunque estrecha y cerrada no ha tenido, ni tendrá, la carga de ataques personales y destructivos vivida en Brasil de forma lacerante, y muy triste para Marina Silva.
El Frente Amplio confirmó que se mantiene como la primera fuerza política. Pero está en el alambre la mayoría que tenía en las dos cámaras del Congreso desde la victoria de 2004, diez años ininterrumpidos de hegemonía legislativa. Hay que subrayar que la sola idea del plebiscito para autorizar la baja de 18 a 16 años de la edad de imputabilidad reflejó el importante clima de descontento social. Hay rechazo y hartazgo por la inseguridad (rapiña) pero también por el vapuleo al sistema educativo. Estos dos asuntos van a estar también en muy primer plano.