Sorpresa general con el acoso sufrido por el Bayern ante el Real Madrid. Dos goles de Sergio Ramos, y dos más de Cristiano Ronaldo, en un primer y segundo tiempo nunca soñado por el Real Madrid de Carlo Ancelotti. Un triunfo histórico y memorable.

Todas las emociones en juego

Clima general de contención en el desenlace este martes y miércoles de una Champions de impresionante calidad y factura con todas las emociones en juego. En Múnich comenzó la primera de las tres finales con el duelo de estrategas de fútbol ofensivo de primer orden, Pep Guardiola y Carlo Ancelotti.

Con razón negaron Guardiola y Ancelotti que esta sea la final anticipada pese a que Real Madrid y Bayern pisan con fuerza en las casas de apuestas. Todo está muy abierto en Londres entre Chelsea y Atlético de Madrid, jugándose todo esta vez Jose Mourinho y Diego Pablo Simeone. Máxima emoción por lo tanto en ambos duelos, y pasión garantizada en la final de Lisboa, el partido definitivo de una Champions para enmarcar.

El dibujo de Pep Guardiola

En principio Pep pensó en los dibujos de un 4-1-2-3 y un 4-2-3-1. Para este partido sus hombres claves son los siguientes:

– En la portería, Neuer, que está en plena forma-

– Al margen de los dibujos tácticos, una línea de centrales probada: Lahm, Javi Martínez, Dante, Alaba y Boateng

– Como centrocampistas, en el escenaro de control del balón y de presión en tierra de hierba alta, llevando la presión al campo del rival, Schweinsteiger, Kroos, Robben, Müller, y Ribéry.

– En ataque en punta: Mandzukic.

En los escenarios de este partido, Pep buscó también línea de cuatro de centrales con Javi Martínez por delante para proteger a Neuer con un 4-1.  Por delante, para tejer esta búsqueda de control del balón, un pivote ofensivo-defensivo, cosiendo el 4-1-2. En este dibujo de pizarras, Schweinsteiger es un jugador probado. En el ataque un 4-1-2-3 y un 4-2-3-1. Pep tuvo en este duelo que responder a la presión de su junta directiva y de la hinchada con el debate perverso de que controlar no siempre es el camino del KO.

Al final, Guardiola optó por dejar a Javi Martínez en el banquillo. Partió con el siguiente arranque (4-2-3-1): Neuer; Lahm, Boateng, Dante, y Alaba; Kroos y Schweinsteiger; Robben, Müller y Ribéry; y Mandzukic.

El dibujo de Carlo Amcelotti

Al final Ancelotti mantuvo sus convicciones de un 4-3-3, pero abierto a la evolución del partido: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, y Coentrao; Modric, Xabi Alonso, y Di María; y Bale, Benzema y Cristiano.

Llegar a Múnich no lo ha tenido fácil Carlo Ancelotti teniendo que apagar fuegos locales importantes. Ante los desafíos, Ancelotti se ha crecido y ha sacado lo mejor de sí. Un hombre audaz que abandonó las posiciones cómodas, y creó una relación de respeto y equilibrio con su presidente, Florentino Pérez. A la vez ha gestionado los egos del vestuario y la relación con la hinchada. A Múnich, Carlo Ancelotti viajó con el balance de la Copa del Rey y toda la artillería preparada en la Liga si fallan o se neutralizan sus dos competidores directos: Atlético de Madrid y FC Barcelona.

En el banquillo, hombres importantes en todas las líneas y ausencias que pesa, especialmente la de Jesé, un jugador extraordinario como ha destacado Hechos de Hoy. Como alternativas, Ancelotti llevó los siguientes jugadores:

– Portero: Diego López.

– Centrales: Jesús, Varane, Marcelo y Nacho.

– Centrocampistas: Illarra (Illarramendi) y Casemiro.

– Delanteros: Isco y Morata.

Prácticamente Ancelotti asentó al equipo con un dibujo y una estrategia de 4-3-3. Pero la dinámica de bajas y lesiones le ha llevado a un 4-4-2 en la que el Real Madrid ha demostrado su látigo eléctrico y un equipo compacto y unido en ataque y defensa.

Es complejo, en un partido de tanta responsabilidad, acoplar un 4-4-2 en donde todo depende del estado en que se encuentre Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo, la BBC, obligados a jugar en escalera, en lugar de ráfaga de ataque simultáneo. Ancelotti optó por no ahogar el dibujo del 4-3-3. Si es un día importante para todos en el Allianz Arena, mucho más aún para Pedro Proença, el árbitro portugués del diálogo, con prueba también en una carrera hasta ahora de éxitos.

Las buenas sensaciones antes de Múnich