El Legacy Media Financial Times analiza la enorme tormenta política en España situación política en España donde “la ley de consentimiento sexual es contraproducente para el Gobierno, pero sus partidarios culpan a los jueces por aplicarla incorrectamente”.
El corresponsal del FT señala que “Sánchez está sumido en una tormenta política» tras «la excarcelación anticipada de la prisión de los delincuentes sexuales”. Se subraya además que el primer ministro afronta crecientes peticiones para modificar la Ley de Sólo sí es sí.
En el análisis se indica que la norma en origen fue “ampliamente elogiada por tratar de evitar que las víctimas sean presionadas los tribunales”. “Pero la ley ha provocado inesperadamente la reducción de las penas de prisión de algunos delincuentes peligrosos, lo que ha provocado la indignación pública”.
Financial Times apunta que la capacidad de respuesta de Sánchez “está limitada por su socio de coalición, el grupo de izquierda radical Podemos, que considera la ley como uno de los logros clave de sus ministros y se resiste a cambios significativos”.
Barney Jopson, analista y buen conocedor de los entresijos de la escena política española, apunta que las penas de prisión reducidas han convertido la ley en “un lastre para Sánchez al comienzo de un año electoral en el que busca otro mandato, alimentando los ataques de los críticos de derecha que lo acusan de socavar el estado de derecho”. “El Partido Popular dice que se han reducido las sentencias de más de 250 delincuentes sexuales”, señala Barney Jopson .
En este contexto, Podemos, cuyos votos Sánchez necesita para aprobar la legislación en el Congreso de los Diputados, insisten en que “el problema no era la ley sino la forma en que los jueces la aplican”.
“La legislación de consentimiento se introdujo a raíz de un escándalo nacional por las sentencias indulgentes impuestas a cinco hombres que violaron a una mujer de 18 años durante las fiestas de los encierros de Pamplona en 2016”, explicó Barney Jopson.
“Un tribunal inferior les declaró culpables del delito menor de abuso sexual, que no implica violencia ni intimidación, después de que los abogados defensores afirmaran que la mujer había dado su consentimiento. La Fiscalía dijo que estaba demasiado asustada para moverse. Finalmente, el Tribunal Supremo anuló el veredicto y dictaminó que los hombres habían cometido una violación, aumentando sus sentencias de nueve años a 15 años”, destaca FT.
La nueva ley dice que el consentimiento sexual “debe comunicarse claramente y no puede asumirse cuando la víctima permanece en silencio”. Como resultado, eliminó la distinción anterior entre abuso sexual y el delito más grave de agresión sexual, que implica violencia.
“Esto produjo sentencias más duras para muchos delitos, pero al recategorizar los delitos, también abrió la puerta para que algunos tribunales dictaminaran que ciertas sentencias existentes deberían reducirse. Esto ha llevado a que decenas de delincuentes sean liberados de prisión porque ya habían cumplido el tiempo requerido”.
Irene Montero, ministra de Igualdad y miembro de Podemos, artífice de la ley, dijo que los jueces que tomaron esas decisiones eran parte de “una ofensiva de la derecha contra uno de los avances más importantes en políticas públicas del feminismo de los últimos 20 años”.
Podemos insistió que no aceptarían ninguna modificación que “retrotraería a España a la época en que las mujeres tenían que demostrar que se habían resistido para ser consideradas víctimas de agresión sexual”.
Pablo Echenique, portavoz parlamentario de Podemos, afirmó que “el Ministerio de Justicia -encabezado por un aliado de Sánchez– y el PP querían volver al modelo anterior que preguntaba a las víctimas: ¿Cerraste bien las piernas? ¿Cuánto habías estado bebiendo? ¿Arriesgaste tu vida al golpearlo?”.
Financial Times apuntó que “el PP busca mantener la atención centrada en la excarcelación de los agresores sexuales, con Borja Sémper, su portavoz de campaña, diciendo el domingo que Sánchez ‘no quiere enfrentarse a Podemos’”. El PP se ha ofrecido a votar con los socialistas -y dejar de lado a Podemos- la legislación para arreglar la nueva ley.
Antonio Barroso, subdirector de investigación de Teneo Intelligence, una empresa consultora,dijo a FT que “aunque se genera ruido, al final la coalición no se rompe”. “En general, Podemos abre frentes que le crean problemas y tensiones a Sánchez. En lugar de hablar de la economía, se habla de problemas sociales que son desfavorables para Sánchez”, señaló.