Reunión especial en el Consejo de Seguridad sobre Venezuela. El secretario de Estado, Mike Pompeo, se refirió a Nicolá Maduro como "el expresidente". Jorge Arreaza, ministro de Exteriores de Venezuela, rechazó cualquier ultimátum tanto para la dimisión de Nicolás Maduro como la eventualidad de convocar nuevas elecciones.
Se abre así el escenario para el pleno reconocimiento de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como Presidente Interino. Y también, como se reclama en Naciones Unidas, para la desconexión de Venezuela del sistema financiero internacional. Estados Unidos, junto a Canadá y las potencias de América Latina (con la excepción por ahora, de México) dieron el primer paso. La Unión Europea, bajo la fina gestión de Angela Merkel, avanza hacia el pleno reconocimiento de Juan Guaidó y la ruptura definitiva con Nicolás Maduro.
En una cuestión clave para la Unión Europea, Alemania y Francia, coordinaron el escenario de las alternativas para el Palacio de Miraflores: convocar elecciones o enfrentarse al aislamiento internacional.
Alemania y Francia, con el apoyo de Reino Unido, han marcado el camino. "El pueblo venezolano debe poder decidir libremente su futuro. Sin un anuncio de elecciones en ocho días, estaremos listos para reconocer a Juan Guaidó como presidente en funciones de Venezuela para liderar un proceso político", fue la declaración de Emmanuel Macron. Pedro Sánchez, en una comparecencia en La Moncloa, confirmó finalmente el apoyo de España.
Federica Mogherini, la Alta Representante, la ministra de Exteriores de la Unión Europea, ha ido caminando sobre brasas sobre todo por la atención de Grecia y Austria a la posición de Rusia. Pero el criterio es claro. La Unión Europea ha vuelto a reiterar que las elecciones presidenciales de mayo en 2018 en Venezuela "no fueron libres, justas ni creíbles, y despojaron a Nicolás Maduro de legitimidad democrática".
"No buscamos poner o quitar gobiernos, queremos democracia y elecciones libres y transparentes en Venezuela", dijo Pedro Sánchez en una declaración institucional sin preguntas en La Moncloa. Dio este paso después de dudas, temor a la reacción de Podemos, y sin iniciativa tras el ataque de Nicolás Maduro. Angela Merkel, muy respetuosa con la sensibilidad y criterio claro del expresidente Mariano Rajoy en la relación con América Latina, hubiera deseado una posición de liderazgo e inmediata de España.