Robin Williams se divorció de su primera mujer, Valerie, en 1988, después de 10 años de estar juntos. Tuvieron un hijo, Zachary. En 1989 se casó con la niñera de Zachary, Marsha Garces, y tuvieron dos niños: Zelda (25) y Cody (22).
Pero la pareja se separó en 2008. Robin Williams dijo entonces sobre las rupturas matrimoniales que "el divorcio es caro y rasga tu corazón a través de tu billetera". Sin embargo, esas experiencias no le impidieron casarse por tercera vez en 2011. En ese caso, lo hizo con la diseñadora gráfica Susan Schneider.
Pero a sus 63 años tuvo que volver a la televisión y aceptar papeles que calificó de "miseria" por problemas económicos. Sus dos divorcios le pasaron una factura de 20 millones de dólares. ¿Fueron las razones de su depresión?. Su muerte supuso un torrente de opiniones y comentarios, algunos muy duros que llevaron a su hija Zelda a una protesta formal contra la red de microblogs. Twitter intervino, canceló cuentas y fijó su política de rechazo a los ataques radicales y vitriólicos.
Buscó ayuda hasta el último momento
La muerte de Robin Williams sigue entristeciendo a sus admiradores y amigos que no terminan de asimilar el hecho de que su asistente de muchos años, Rebecca Erwin Spencer, hallara su cuerpo sin vida, con su cinturón alrededor del cuello y un cuchillo en el suelo, con el que se produjo heridas en una muñeca. Los médicos ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
Ahora se ha sabido que 18 horas antes de quitarse la vida, Robin Williams acudió en busca de ayuda a Alcohólicos Anónimos, como reveló al diario británico Sun, el también comediante Argus Hamilton, quien también acudía a las sesiones de la organización.
Pero parece que el apoyo recibido no logró sacar a Robin del agujero en el que se hallaba. Hacía tiempo que se encontraba sumido en una profunda depresión y a comienzos de julio volvió a acudir a las sesiones semanales de terapia en Alcohólicos Anónimos para que le dieran "un último retoque" como solía decir a sus amigos.
Williams dependió durante muchos años tanto del alcohol como de las drogas y necesitaba de nuevo de terapia después de llevar sobrio durante 20 años. Incluso ingresó unos días en un centro de Minesotta a comienzos de junio, especializado en casos de personas alcohólicas con sobriedad de larga duración.
Hasta el momento no se sabe si el actor dejó una carta de despedida. Sólo se sabe que la última persona en verle fue su mujer Susan Schneider el domingo por la noche. El matrimonio dormía en habitaciones separadas y Susan salió temprano el lunes sin ver a Robin, que fue encontrado horas después por Rebecca Erwin Spencer.
Han sido días de fuerte impacto para Hollywood con la muerte en San Francisco de un excepcional actor cómico -al que el presidente Barack Obama rindió tributo de reconocimiento a su carrera, como informó Hechos de Hoy– y el fallecimiento un día después, en Nueva York, de Lauren Bacall, la diva que cerró la edad de oro del cine.