Recep Tayip Erdogan despejó de forma rotunda la única incógnita. Se confirmó su amplia victoria por un 53,1%. Erdogan, líder del partido islámico conservador Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), se impuso con claridad a sus rivales.
El candidato conjunto de los principales partidos de la oposición, el kemalista (lo que podríamos calificar como la ideología oficial) Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el ultranacionalista Partido de la Acción Nacionalista (MHP, Ekmeleddin Ihsanoglu, se hizo con el 37,8%; el candidato del HDP prokurdo (y próximo a la izquierda), Selahattin Demirtas, se logró el 9,1%. Fueron las primeras elecciones en que los turcos pudieron elegir de forma directa a su presidente con una participación del 76%.
Los comicios presidenciales son importantes para la Unión Europea y también para Israel. Recep Tayyip Erdogan, con una ambición política como la de Vladimir Putin, sigue la misma ruta de acotar su espacio de primer ministro (tres mandatos consecutivos) para desarrollar su propio proyecto, lleno de ambición, en Turquía. Ampliará sus poderes como presidente e impulsará la islamización del país. Quiere una nueva Constitución y está dispuesto a ejercer al máximo sus nuevas funciones dentro del actual marco constitucional. Los analistas en Ankara y Estambul no albergan dudas de sus intenciones.
La oposición política y social quedó barrida. Utilizó todos los resortes del poder. Su mandato como presidente abre incógnitas por su estilo autoritario, una especial de nuevo sultán con su giro a unas posiciones islamistas que representan de forma progresiva el distanciamiento con los fundamentos laicos de Turquía. Amado y rechazado a la vez.
Observadores diplomáticos señalaron a Hechos de Hoy que la verdadera cuestión de fondo en estos comicios sin sorpresa radica en la personalidad del nuevo primer ministro y la cohabitación que se establezca con el nuevo presidente. Tan lejos y tan próximos, Rusia y Turquía, un gran paralelismo en la escena política que se abre en Ankara y la actual de Moscú.
