Partido de enjundia para el alemán Félix Brych. Atlético de Madrid y Real Madrid en el cierre de cuartos de final que ha coronado a Bayern de Múnich y FC Barcelona. Pep Guardiola y Luis Enrique, pendientes del Santiago Bernabéu.
Para el Real Madrid de Carlo Ancelotti, en el que las rotaciones no han sido lo suficientes -y es un sentimiento que se respira en la junta directiva como se apuntó a Hechos de Hoy-, el partido crítico de la temporada llegó en el peor momento. Un Real Madrid inédito en una noche decisiva por las ausencias de Karim Benzema, Gareth Bale y Luka Modric.
En la primera parte de esta eliminatoria de cuartos de final (0-0), todo quedó marcado para que el Santiago Bernabéu fuera el juez entre los dos equipos que disputaron en Lisboa la última final de la Copa de Campeones, la Champions League. Mario Mandzukic y Antoine Griezmann, junto a Fernando Torres, las estrellas de este nuevo Atlético de Madrid.
Sin factor escénico
Duelo de gran compeljidad con ventaja inicial de Diego Pablo Simeone porque sabe que el Santiago Bernabéu dejó de ser factor escénico.
En el dibujo táctico, y estratégico, varias opciones con su 4-4-2, 4-3-3 y un 4-5-1. Una de las virtudes de Simeone es la rapidez mental para leer el partido, la condición de sus jugadores y tomar decisiones inmediatas y trascendentales. Nunca duda en actuar a cara o cruz, y afrontar los mayores riesgos.
Para el banquillo contó con casi todas las opciones importantes: Moyá, Giménez, Lucas, Siqueira, Ansaldi, Gabi, Cani, R, Jiménez, R, García y Fernando Torres (el Niño, un jugador que no pierde su condición de icono).
En la portería, Oblak, la revelación en Vicente Calderón.
Por delante, una línea de centrales -en el dibujo de 4-4-2) con Juanfran, Miranda, Godín, y Gámez.
En la lucha por el juego y el dominio del campo, Tiago, Koke, y Saúl.
Y en el ataque, dos jugadores que han brillado de forma absoluta, Griezmann y Mandzukic, junto a Arda.
Presión de principio a fin
Los enfrentamientos con el Atlético de Madrid se han convertido en obsesiones personales para Carlo Ancelotti, y también para los jugadores del Real Madrid. Al entrenador le han dado lo mejor pero también han erosionado su capacidad de imaginar nuevos escenarios.
Sólo en el último duelo, el partido de ida de este crucial cuartos de final para ambos equipos, el Real Madrid logró momentos de presión. Pero no supo mover las bandas ni abrir los huecos. Su ataque resultó estéril. Carlo Ancelotti, antes de que llegara este partido, sabía que era su momento para afianzarse y callar críticas y recelos que le han dolido enormemente.
En el dibujo táctico y estratégico, pensó esta vez en el factor sorpresa con, además de un 4-3-3, un 4-4-2 y un 2-5-2-1.
En el banquillo, presencias y ausencias: Keylor Navas, Pacheco, Arbeloa, Nacho, Khedira, L. Silva y Jesé.
Inicialmente, y en el planteamiento de un 4-3-3, Iker Casillas en la portería, en partido de exigencia personal, pero también de apoyo y respeto que necesita porque el Real Madrid es su pasión.
Por delante, grandes decisiones. En la línea de centrales, Carvajal y Coentrao en los laterales, y Varane, y Pepe en el centro como la pareja clave en defensa y ataque. Una pareja decisiva si el equipo se estira y tiene que doblegarse rápidamente. Varane asombró en el Vicente Calderón con la carrera de un jugador-atleta.
En el dominio del campo, como centrocampistas, Kroos, Sergio Ramos (novedad táctica y experimento), e Isco. Carlo Ancelotti ha comprendido que Isco es mejor si está un paso atrás, y si tiene la visión del ataque. Aunque puede jugar en todas las posiciones, y así ha sucedido con Carlo Ancelotti, su asentamiento mejor es el de centrocampista.
En el ataque, James Rodríguez, Cristiano Ronaldo y Chicharito Hernández en el partido más decisivo hasta el momento del Real Madrid en esta temporada.