Fin de las primeras consultas políticas y giro total de la escena. El marco de la precampaña cambió, y muy seguramente el de la campaña, para los comicios del 20 de diciembre.
En un giro inesperado, el presidente del Gobierno asumió la responsabilida de afrontar el desafío de la secesión en Cataluña. Y lo hizo con respuesta política. Los acontecimientos se han sucedido de forma vertiginosa desde el lunes. Fue entonces el momento en que el presidente desveló a Pepa Bueno, en la Cadena SER, que manendría contactos políticos.
El primero fue con Pedro Sánchez, bajo la discreción, en un almuerzo de trabajo que esta vez, según informaciones de Hechos de Hoy, contó con mejor tono. La Moncloa distribuyó la imagen de ambos en los jardines pactándose un comunicado conjunto.
Tras la reunión del presidente con el líder de la oposición llegó la aceleración política. Fueron convocados Albert Rivera y Pablo Iglesias Turrión. La foto del cambio llegó recuperándose la cultura abierta por la Transición que no es otra que la del consenso, la ley, la Constitución y la casa común de la democracia, las Cortes.
Mariano Rajoy escuchó con atención a Albert Rivera. El presidente de Ciudadanos explicó a continuación lo tratado. Lo hizo con peso y autoridad.
Bien diferente fue la llegada a La Moncloa de Pablo Iglesias Turrión, retransmitida en las redes sociales por su equipo. Aprovechó el momento para regalarle al presidente un libro de Antonio Machado, Juan de Mairena, con una tarjeta con la dedicatoria. El hashtag #PabloEnMoncloa se convirtió en uno de los trending topic de la tarde, registrando según Topsy más de 1.500 menciones en una hora.
Esta primera ronda de contactos (PSOE, Ciudadanos y Podemos) la acabó el presidente con el Partido Popular, recibiendo a María Dolores de Cospedal, mostrando así que asume el liderazgo para que la cuestión de Cataluña no irrumpa en la campaña.
En el balance de estos contactos dejó sentado el principio de que sólo hablaría con el partido de Artur Mas (CDC) si retira "inmediatamente" la propuesta de creación de la "república catalana", que formalizaron Junts pel Sí y la CUP abriendo esta grave crisis.
"No me negaré a hablar con ninguna fuerza pero el único sentido que tendría ahora hablar con Convergencia es pedirles que retiren inmediatamente su propuesta", dijo en su balance. "Lo único que procede es pedirles la retirada de esa resolución que no conduce a parte alguna y pretende liquidar la legalidad", insistió.
Mariano Rajoy instó a buscar "lo que nos une" y a no caer en "debates estériles". "Es el momento de buscar lo que nos une. Es el momento de confiar en los mecanismos del Estado de Derecho", destacó.
"El Estado tiene los instrumentos suficientes para evitar que se cometa un disparate como el que se está tramando", subrayó. De estos contactos, Mariano Rajoy avanzó que "realmente lo sustancial del acuerdo ya está hecho". Aseguró que todos (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) están de acuerdo en la unidad de España, la soberanía nacional y en que las leyes hay que cumplirlas. Indudablemente comenzó a escribirse una nueva página. y todo cambio.