¿Has oído hablar alguna vez de los reguladores del sueño? ¿Sabes qué son exactamente? Nuestro cerebro tiene un reloj interno propio localizado en el hipotálamo. Este reloj interior debe sincronizarse con el horario exterior o ambiental, y para ello nuestro cerebro percibe e interpreta diferentes señales que le llegan. Estas señales son los reguladores de nuestro sueño o sincronizadores de sueño. La presencia de los sincronizadores de sueño permite alinear nuestro reloj biológico interno con el tiempo exterior. Los más importantes son los siguientes:
–Ciclos de luz-oscuridad: es el regulador de sueño más potente. La presencia de luz se traduce en nuestro cerebro en necesidad de activación y por el contrario, la presencia de oscuridad promueve que se secreten hormonas relacionadas con la somnolencia como la melatonina. Es importante destacar cómo la invención de la luz artificial y, décadas más recientes, la intrusión de pantallas retroiluminadas, han alterado la manera en la que el cerebro humano recibe esta información. Actualmente debido a la luz eléctrica podemos tener condiciones de alta luminosidad hasta el momento justo de irse a la cama. Recordemos que esto no es lo más fisiológico, conviene recordar siempre cuáles eran las circunstancias anteriores, y tratar de evitar que los ciclos luz-oscuridad nos “desajusten” el reloj biológico.
–Ejercicio físico: es un potente activador, y tiene un gran efecto cortando la secreción de hormonas del sueño. Cuando realizamos ejercicio físico aumenta el cortisol, una sustancia promotora de la vigilia.
–Horarios de las comidas: nuestro cerebro también incluye esta información para sincronizar la vigilia y el sueño.
–Horarios sociales: también las circunstancias en las que tenemos contactos sociales actuará como sincronizador de nuestro ritmo circadiano.
¿Qué debemos tener en cuenta? El tener un ritmo estable en estos sincronizadores será beneficioso para regular nuestros ritmos sueño-vigilia y con ello mejorar nuestro descanso. Es decir, las rutinas saludables, horarios regulares son beneficiosas en este aspecto.
Sin embargo, conviene recordar que existen circunstancias que alteran nuestros sincronizadores y producirán problemas de sueño. Algunas de las más frecuentes incluyen el trabajo a turnos o el jet-lag. Es muy importante considerar todos estos factores cuando se evalúa una persona con trastorno del sueño, y también ofrecer información al paciente sobre cómo funcionan y cómo se puede sacar el máximo partido de los sincronizadores de sueño naturales, y así producir una mejoría clínica.
(*) Doctoras: Irene Cano Pumarega / Celia García Malo / Sara Boi. Clínica CISne.