Londres y Bruselas amanecieron con alivio con el amplio rechazo a la independencia de Escocia. El no a la secesión de Reino Unido se impuso con una clara ventaja de casi 11 puntos y unos 350.000 votos. El primer ministro británico, David Cameron, felicitó al líder unionista Alistair Darling mientras los independentistas asumieron la derrota. La participación en la votación fue masiva: el 85% del censo acudió a las urnas y en algunas circunscripciones más del 90%.

Alex Salmond, el líder independentista, dio las gracias a Glasgow, donde ganó el sí, y anunció que acepta el veredicto de las urnas y que se somete a los intereses de Escocia.

Una jornada de palpitaciones

El misterio permaneció a lo largo del jueves con un suspense que acabó en la mañana de este viernes. Entre las notas exclusivas de este referéndum en Escocia estuvo la campaña abierta con los colegios electorales recibiendo a los votantes. Todo fluyó en este insólito clima de votación. La segunda cuestión se concentró en el desenlace.

Pese a una consulta que en teoría era simple y clara, y debería permitir un rapidísimo escrutinio, el resultado se mantuvo en vilo hasta la primera hora de este viernes en la que se anunció de forma oficial el desenlace que, pese a la victoria, deja tocado a David Cameron por sus errores en sus propias filas conservadoras. Las apuestas en el Reino Unido estuvieron muy abiertas, con todo su morbo. Nadie dudaba -como reflejó Hechos de Hoy– que el desenlace de una Escocia independiente hubiera sido un KO para la libra esterlina.

El referéndum en Escocia tuvo a lo largo del jueves un ganador en las redes sociales. La opción del sí a la independencia ganó por la mañana en Twitter y siguió con fuerza. El medidor Topsy, que registra los tuits, retuits y menciones de un tema, así lo certificó. La campaña Yes Scotland superó en mucho a la de UK Together.

La atención sobre esta consulta no sólo estaba en Escocia. Reino Unido, Unión Europea y Estados Unidos han aguardado, sin ocultar la ansiedad, un desenlace que tiene también implicaciones geoestratégicas. Para Estados Unidos un Reino Unido sin Escocia ya no sería el pilar de la alianza angloisajona. La OTAN, como han advertido los defensores de la independencia, no podría contar con su base de submarinos nucleares. Escocia, con un 10% de la población y un tercio del territorio. se convirtió de repente en un volcán. 4.285.323 personas se apuntaron en el registro electoral, el 97% de los que tenían derecho. La participación rozó el algunos distritos el 90%, lo que ha supuesto la mayor legitimidad a la decisión final.

Si por el marketing y la campaña electoral dependiera, el triunfo de la independencia hubiera sido aplastante. De forma gráfica, los gurús explicaron que los unionistas -en contra de la secesión-. se limitaron a un bombardeo, la guera aérea, pero no entraron en el cuerpo a cuerpo, los debates locales y la campaña desplegada sobre el terreno. Fue un gran error de David Cameron con rectificación sólo al final.

El desenlace fue complejo en el escrutinio. Escocia está dividida en 32 consejos municipales y en cada uno de ellos se centraliza el recuento. Los resultados en Edimburgo y Glasgow -el 20% del electorado- se conocieron hacia las seis de la mañana (hora peninsular de España). Aberdeen, la capital petrolera, -4,1% en el conjunto del censo- fue el último bastión por escrutar. Una noticia que tiene impacto directo en la apertura de los mercados este viernes.

Una gran atención en España