El PIB (Producto Interior Bruto) creció un 0,8% en el segundo trimestre, una décima más de lo esperado. Al alza por cuarto trimestre consecutivo.
Esta vez fueron datos para España con lecturas políticas más que económicas. Traducen un clima de confianza creciente en un desenlace lógico con la cultura del pacto y el consenso, y la formación de gobierno. De forma pública y privada, los analistas, y los bancos de inversión, apuntan a un desenlace de madurez a la crisis abierta el 20 de diciembre de 2015.
Unas terceras elecciones tendrían un punto de extravagancia y suscitarían irritación. Los analistas lo descartan además por el peligro máximo que apuntarían de colapso del sistema político que nació en España con la democracia y la restauración de la Corona.
La economía española mantuvo su ritmo de crecimiento en el segundo trimestre en el 0,8% intertrimestral, una décima por encima de lo anunciado inicialmente, por el tirón de la inversión y el consumo, dos factores de confianza en el desenace pactado del bloqueo político.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aumento entre abril y junio del PIB del 0,8% iguala a los registrados en los tres trimestres previos (tercer y cuarto trimestre de 2015 y primer trimestre de 2016) y es una décima superior a la estimación que realizó el INE a finales de julio (0,7%).
Hay que destacar especialmente el estirón de la inversión, del 1,3% en comparación con el primer trimestre (un punto más elevado que entre enero y marzo). Esta tasa intertimestral lleva 10 trimestres seguidos creciendo. En esta partida, es importante el acelerón de la inversión en bienes de equipo (un indicador de la confianza de la actividad futura de las empresas), que se ha incrementado un 2,2%.
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