Hay un marco de estabilidad económica indudable. El Tesoro marcó nuevos mínimos históricos en letras a 3 y 9 meses como informó Hechos de Hoy. Pero las tensiones políticas se acumulan en una rentrée que se aventura como la más difícil por sus incógnitas con caso Pujol en Congreso de los Diputados y Parlamento de Cataluña y el desafío soberanista.
Por lo pronto dos avisos para Artur Mas. La portavoz de Guanyem Barcelona, Ada Colau, ha asegurado que su plataforma está dispuesta "incluso a desobedecer si hace falta" para que se celebre la consulta en Cataluña, ante la posibilidad de que el Tribunal Constitucional la prohíba. A su vez el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, ha advertido que no aceptará ningún plan b al referéndum independentista del 9 de noviembre si, como parece previsible, lo suspende el Tribunal Constitucional. Dijo que "los acuerdos se firman para cumplirlos" y ha advertido que en caso de no ser así no volverá a pactar con Convergència i Unió.
En este escenario de vasos comunicantes, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tiene previsto comparecer en el Congreso de los Diputados el próximo martes 2 de septiembre para tratar las investigaciones de la Agencia Tributaria sobre las finanzas de la familia Pujol. Paralelamente en Barcelona ese mismo día el Parlamento de Cataluña abordará la comparecencia del expresidente de la Generalitat. Una semana con asuntos por tanto al rojo vivo que van a exigir al presidente del Gobierno y al líder de la oposición, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, prudencia y tacto.