Una posible célula terrorista vinculada al autodenominado Estado Islámico (EI o ISIS) fue desarticulada en una operación en la que participaron las autoridades de Marruecos y España, contra el el yihadismo desarrollada en las ciudades de Melilla (España) y Nador (Marruecos).
Así lo confirmaron fuentes antiterroristas y el Ministerio del Interior. Las autoridades detuvieron durante la pasada madrugada a nueve personas, un español y el resto marroquíes, entre los que destacaban varios captadores y desplazados, según las mismas fuentes, sin llegar a precisar si su destino era Siria, Irak o incluso ya estaban de regreso.
El español, en este caso, era el supuesto cabecilla. La operación se desarrolla en uno de los puntos calientes de captación y envío de yihadistas hacia zonas de conflicto. Ya son veinte las operaciones desarrolladas por España contra el yihadismo en lo que va de legislatura. Durante todas ellas fueron detenidas alrededor de sesenta supuestos terroristas.
Asimismo, desde los atentados del 11-M ya son 519 los que fueron detenidos por los agentes. La colaboración entre Marruecos y España en la lucha contra el yihadismo es especialmente estrecha, especialmente tras quedar claro que en Marruecos más de 1.500 personas combaten junto al ISIS.
Del mismo modo se conoce que aquellos que consigan sobrevivir regresarán formados para instruir a otros en técnicas terroristas y de combate. Las zonas transfronterizas con España son especialmente delicadas ya que son una posible vía de salida hacia los países donde se producen los combates.
Así, Melilla vuelve a ser el centro de todas las miradas en las operaciones contra el yihadismo. La operación, aún abierta, ha sido llevada a cabo por agentes de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía y de la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Marruecos.
La operación se está desarrollando en España bajo la supervisión del magistrado titular del Juzgado Central de Instrucción número tres, quien ha declarado secretas las actuaciones. En los últimos meses el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil desarticularon tres células que captaban yihadistas.
Sin embargo, fue en marzo cuando se produjo una de las mayores operaciones al desarticular un importante grupo con base en Melilla que envió a “decenas” de luchadores a los combates de Siria, Malí y Libia, según destacó entonces el Ministerio del Interior.
Entre los siete detenidos destacó Mustafa Maya Amaya, de 51 años, español residente en Melilla, quien, a través de Internet, se encargaba de escoger a los yihadistas voluntarios, que como requisito indispensable debían ser de su misma nacionalidad.
Esta trama disponía de ramificaciones en numerosos países como Marruecos, Bélgica, Francia, Túnez, Turquía, Libia, Malí, Indonesia y Siria. La detención de este grupo supuso la primera operación conjunta de España y Marruecos contra una célula islamista.