No hubo sorpresas en el cara a cara, moderado por María Casado en Televisión Española entre Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano. Ninguno de los candidatos cometió un error en un debate que, según valoraron analistas políticos a Hechos de Hoy, no ha supuesto un giro en una campaña aún bajo el impacto de los dramáticos sucesos vividos en León con la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco.
El debate entre los cabezas de lista del PP (Partido Popular) y PSOE (Partido Socialista Obrero Español) estuvo marcado por la mirada hacia atrás y las cuentas afloradas en Suiza. Lo principal del debate fue el tono de moderación y corrección que es la característica buscada por Mariano Rajoy al elegir a Miguel Arias Cañete.
En la valoración de ganador y perdedor, el Partido Popular hizo su propio análisis. La número cinco de las listas del PP al Parlamento Europeo, Pilar del Castillo, afirmó que Miguel Arias Cañete “ha ganado claramente” el debate en televisión frente a su rival del PSOE, Elena Valenciano, que “ha demostrado serias carencias en el conocimiento de los temas europeos y de sus instituciones”.
señaló que “el discurso de los hechos” enarbolado por Arias Cañete se impuso “claramente” a “las palabras vacías que ocultan un fracaso” y que tuvo a Valenciano como su máximo exponente. Para Pilar del Castillo, Miguel Arias Cañete mostró “un claro conocimiento de las instituciones europeas y su gran experiencia”, a diferencia de su rival socialista, que a lo largo del debate “reflejó serias carencias en el conocimiento de los temas europeos”.
Por esta razón, habló de dos alternativas bien diferenciadas, la que encabeza el PP y que “pone en el centro de sus preocupaciones la creación de empleo y el estado de bienestar” y, enfrente, la que abandera el PSOE, que “es una vuelta atrás, volver a una política fracasada que dejó a España y a su economía en caída libre, con dificultades para toda la sociedad y al estado del bienestar al borde de la quiebra”.
Son, por tanto, dos maneras diferentes de afrontar “la realidad, el presidente y el futuro”. “Una, desde los hechos y con políticas encaminadas al futuro y que son reconocidas por todos, y la otra, la de una política vacía que se basa en un resultado fracasado” y que tiene el peligro de “llevarse por delante el esfuerzo ejemplar de la sociedad española”.