¿Crisis, qué crisis? Miguel Arias Cañete cerró las polémicas políticas con José María Aznar. Lo hizo con elegancia pero también aplomo y firmeza, que son dos notas muy suyas, cumpliendo además la recomendación llegada de La Moncloa. Mariano Rajoy mostró así los reflejos del marianismo, que han mejorado por la sencilla razón de que vio las orejas al lobo en la tarea ahora de marketing relacional (seducir y fidelizar), la de doblar el brazo al pesimismo que es tarea no fácil. Rajoy y Aznar son dos sensibilidades muy marcadas en el Partido Popular, el centro y la derecha, pero ambos comprenden la importancia de ensanchar los caladeros políticos. Cañete, un candidato de cuajo desde el primer momento, movió así una ficha importante en una campaña a la que se ha lanzado a tumba abierta.

En el acto del Foro ABC, de enorme significado, Vocento mostró su capacidad de convocatoria con su diario de difusión nacional (que es mayor que el de La Razón de José Manuel Lara Bosch). Al acto sí asistieron esta vez los pesos pesados en Gobierno y partido con el presidente del Congreso, Jesús Posada; la vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría; y la número dos del PP, y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.

Con astucia gallega, Cañete y Rajoy, convirtieron a Aznar en la estrella antes de lanzarse a la campaña. El presidente quiere el máximo protagonismo para el candidato al que dará su apoyo. Todo girará sobre él y sus iniciativas. Y la primera de Cañete fue la de llevar los focos sobre Aznar concediéndole todo el protagonismo. Los énfasis del expresidente fueron significativas mostrando lo mucho que está en juego en estos comicios para el PP (Partido Popular) frente al PSOE (Partido Socialista Obrero Español).

"Me encuentro aquí por mi amistad hacia Miguel Arias, por el compromiso con mi partido y porque soy un europeísta sincero y acreditado", enfatizó Aznar, señalando con fina ironía su doble condición "como militante cualificado, como se me ha calificado recientemente, a lo que uno a mi cargo de presidente de honor". Hablo del pasado -"cuando unos jóvenes unidos por el compromiso por España pusimos en marcha una alternativa de centro-derecha"-, y de los desafíos afrontados. "Juntos superamos pruebas de unidad", dijo Aznar recordando que se logró "un partido fuerte e integrador".

La mirada del expresidente fue también sobre las últimas polémicas que convulsionaron al partido y cerraron la trayectoria política de Jaime Mayor Oreja y provocaron la escisión de VOX (a la derecha de la derecha como apuntó Hechos de Hoy". Sobre este escenario de los espacios políticos, Aznar no pudo ser más rotundo. "Si Miguel fuera candidato de otro partido yo no estaría haciendo una presentación como ésta y estoy seguro de que él lo entendería. Pero afortunadamente es del PP", destacó Aznar con sus especiales énfasis.

Igualmente subrayó la importancia de los comicios, cuyo desenlace será disputado e incerto -y sobre el que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó una primera prospección. "Existe riesgo cierto de desafección y abstención", advirtió Aznar señalando que "son elecciones importantes y es necesario que se trabaje a fondo para que se ganen activos".

Miguel Arias Cañete, en convicción suya y del propio Mariano Rajoy (cuyo carácter y personalidad como buen gallego es bien diferente al espíritu castellano del expresidente), cerró lo esencial del acto en el Casino de Madrid señalando que "el PP no se entienden sin José María Aznar y lo demás es mucho ruido y nada más que ruido".