14 de febrero: San Valentín. Para muchos, uno de los días grandes en los centros comerciales; para unos pocos el día del amor y de la amistad. Esa ha sido la jornada elegida por Antena 3 y Bambú para presentar en uno de los salones del Hotel Ritz de Madrid la serie Velvet. Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre protagonizan esta historia de amor ¿imposible? en el marco de unos grandes almacenes a finales de los años 50. Hechos de Hoy ha hablado con Miguel Ángel Silvestre, un encanto como persona y un actor con muy buena percha…
-¿Cómo es Alberto, su personaje?
-Es un hombre que ha sido educado para ser el baluarte de la familia Márquez, los propietarios de las galerías. Al ser el primogénito, tiene que cumplir y asumir una serie de responsabilidades. Casi al inicio de la serie su padre –don Rafael (Tito Valverde)- le reclama. Pero… mi personaje alberga un deseo que desafía todas las expectativas puestas sobre él: desde pequeño está enamorado profundamente de Ana Ribera (Paula Echevarría), una simple costurera.
-Por lo visto usted vuelve a casa después de un tiempo fuera de España…
-Han pasado los años –ocho en concreto- desde que mi padre puso tierra por medio para impedir esa relación y de tratar de quitarme de la cabeza a la mujer que de verdad amo. Llego con las ideas muy claras de ayudar en el negocio; pero por ello no tener que renunciar al amor que siento por Ana.
-¿Lo suyo va a ser un amor imposible?
-A lo largo de las tramas van a surgir personajes que van a poner en peligro nuestra relación. Ana y Alberto son una pareja que se quiere y son muy felices ellos dos juntos; pero es un amor solitario porque nadie cree en él. La familia de Alberto piensa que ella es poca cosa para él. Es una simple costurera del taller. Él tiene que casarse con alguien de buena familia, elitista, educada en los mejores colegios. Para su tío, Ana se tiene que conformar con lo que es. Quiere a su sobrina como a una hija y quiere que sea feliz y tenga una vida mejor que la suya.
-Ante este problema, ¿Se puede saber quién va a luchar más por ese amor imposible?
-Hay que luchar por el amor, aunque sea imposible. Ese juicio se lo dejo a los espectadores. Hay una mezcla de sentimientos y de historias muy bien llevadas. Velvet tiene reminiscencias cinematográficas de Desayuno con diamantes, Pretty Woman, Mad Men, La boda de mi mejor amigo e incluso de El diario de Noa.
-¿Es una serie que le gustaría ver como espectador?
-Por supuesto. Es una historia de amor de la que uno se siente muy orgulloso de estar formando parte de ella. Aquí hay amistad, amor puro alejado de la cursilería.
-¿Tiene Alberto algo de Miguel Ángel Silvestre?
-Es muy pasional.
-¿Qué cualidades destacaría de su personaje?
-Pasional, honesto y sincero.
-Además de amor, ¿qué va a ver el espectador?
-Una serie de historias paralelas y una amplia galería de personajes que no van a dejar de sorprender al espectador. Hay humor y mucha moda de la época… eso y la música. Melodías que evocan a un tiempo y una época: Jazz, Swing y música de baile como la de antes, de esa que tenías que sacar a la chica a la pista a bailar. La banda sonora es también una de las protagonistas de Velvet.
–¿Se ha perdido esa magia?
-Desde luego. Antes era la mejor forma de conocer chicas; ahora con Internet no es lo mismo.
-¿Bailongo?
-Siiiii. Me encanta bailar.
-¿Algún ritmo en especial?
-Todo. Desde una bachata a un tema de David Guetta.
-¿Sólo va a ser una historia de amor?
-No también hay lugar para el suspense. Mi personaje va a descubrir muchas cosas y va a sacar a la luz algunos secretos.
-¿Tiene Velvet puntos en común con El tiempo entre costuras?
-No. Simplemente se parece en que hay una historia de amor imposible de por medio… eso y que la protagonista es una costurera.
-¿Qué le hizo decantarse por esta serie?
-Cuando me llegó me pareció un proyecto muy auténtico, original y único para defenderlo como actor. En cuanto leí el primer guión, me dije “yo quiero trabajar en él”. Además los hechos transcurren en una época que me encanta, me recuerda a las películas de cine negro de Bogart.
-¿Qué ha supuesto trabajar junto a José Sacristán?
-Son de esas cosas que te hacen sentirte orgulloso. Me siento pequeño trabajando a su lado. Es un profesional como la copa de un pino y un compañero cariñoso y dispuesto a todo siempre con una sonrisa. Recuerdo que al comienzo del rodaje, me traía películas de John Ford y de John Wayne… Es un amor.
-¿Cómo está siendo el trabajar con Paula Echevarría?
-Es una actriz generosa y con una alegría que contagia a todos y cada uno de los miembros del equipo. Somos muy buenos amigos. Es un gustazo poder trabajar con profesionales como ella.
–¿No me diga que no tiene algún defecto?
-Es perfecta. No le puedo encontrar ninguno.
-¿Cuáles son sus referentes como actor?
-Todos los grandes intérpretes que ha tenido y tiene este país. No hay que irse fuera para darnos cuenta de los grandes profesionales de este país. Además los que en este momento están en la Fundación Casa del Actor son mi referente y mi inspiración.
