La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande viajaron este viernes a Moscú, tras su reunión del jueves con el presidente Petro Poroshenko en Kiev, para hacer un último esfuerzo y poner fin a la escalada de violencia en Ucrania. Y todo ello antes de que el presidente Barack Obama tome la decisión sobre si enviar armas al ejército ucraniano o no y también antes de que la Unión Europea decida la próxima semana sobre nuevas represalias contra Rusia.

De la reunión durante cinco horas con Poroshenko no han trascendido apenas detalles aunque si se ha señalado como positiva la apertura de un corredor humanitario en la ciudad de Debatlsevo, en la que desde hace dos semanas se libran intensos combates.

En cuanto a las negociaciones en Moscú, éstas transcurren "en formato trilateral sin participación de miembros de las delegaciones o expertos", como informó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin. Las negociaciones continuarán este domingo.

Antes de la reunión con Vladimir Putin, Hollande dijo que el viaje busca alcanzar "un acuerdo global" sobre el conflicto en Ucrania, donde los combates se han recrudecido desde enero. "Todo el mundo es consciente de que el primer paso debe ser el alto el fuego pero que esto no puede ser suficiente y hay que buscar un acuerdo global", señaló Hollande. Merkel, por su parte, ya había asegurado antes de partir para esta arriesgada misión de paz que "nunca" negociará "a espaldas" de Ucrania sobre su integridad territorial.

En principio, Merkel defiende propiciar la aplicación de los acuerdos alcanzados en Minsk en septiembre, es decir, un cese de las hostilidades, desmilitarización dentro de una franja de 30 kilómetros -15 kilómetros a cada lado de la línea de frente-, amnistía para los insurgentes, intercambio de prisioneros y el comienzo de un proceso político descentralizador para definir el futuro estatus de Donetsk y Lugansk.

Estados Unidos, que envió al secretario de Estado John Kerry a Kiev, está al tanto del plan de paz y respalda la iniciativa diplomática europea, aunque advirtió de que podría suministrar armamento defensivo a Ucrania, en caso de que continúe la actual escalada del conflicto.

Hollande afirmó el viernes que se han dado "primeros pasos" hacia un alto el fuego, para Merkel es un misterio total si será posible lograrlo y si serán necesarias varias reuniones. De momento, seguirán el próximo domingo.

El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, se limitó a señalar que hay que ser realista, que las negociaciones son muy duras y que hasta ahora no se ha producido ningún cambio notorio de la situación en la reunión que comenzó a las cinco de la tarde y finalizó sobre las diez de la noche. "Todo está abierto", aseguró.