El número de fallecidos en el pavoroso incendio forestal declarado en la zona de Pedrógão Grande, en el distrito de Leiria, a unos 200 kilómetros al norte de Lisboa, ha aumentado oficialmente a 62 y hay además por lo menos unos 60 heridos de diferente consideración y dos desaparecidos, según anunció el primer ministro portigués, António Costa.
El fuego permanece activo en cuatro frentes y varias carreteras permanecen cortadas. El fuego ha sido calificado de "brutal" pero también de "no provocado", no hubo ninguna "mano criminal", según las autoridades. El desastre pudo producirse al caer un rayo en un árbol seco en una zona especialmente seca.
“Desgraciadamente, esta es sin duda la peor tragedia que hemos conocido en estos últimos años en el frente de los incendios forestales”, agregó desde la sede de la Protección Civil, cerca de Lisboa. La mitad de las víctimas fueron sorprendidas en el interior de sus vehículos por las llamas y perecieron carbonizados en una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, según el secretario de Estado portugués, que aclaró que, de momento, se desconocen las causas del incendio.
La prioridad, dijo Costa, es combatir el fuego todavía activo y auxiliar a las familias de las víctimas. Además de las víctimas mortales y heridos, hay dos personas desaparecidas y el fuego ha destruido algunas viviendas de la zona, a la que se ha desplazado esta noche el jefe de Estado, Marcelo Rebelo de Sousa.
Las altas temperaturas y el viento dificultan las tareas de extinción del incendio, como destacó el presidente Rebelo de Sousa. "No hay ni falta de competencia, ni de capacidad, ni de respuesta" ante desafíos de estas características, afirmó.
La Unión Europea (UE) ha activado el mecanismo comunitario de protección civil para proporcionar ayuda a Portugal. España ha enviado dos aviones y se espera la llegada de medios franceses.