Se mantiene la fuerte presión de las tramas de negreros, que cuentan con protección y apoyos en Argelia y Marruecos para mantener unos corredores hacia las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, las únicas fronteras terrestres de Europa occidental en el norte de África.
Se está produciendo una importante brecha de seguridad, señalaron experto a Hechos de Hoy, al haber recibido la Guardia Civil órdenes de no usar en ningún caso las pelotas de goma como sucedió en el trágico episodio de Ceuta. Hay temer al efecto dominó de asaltos más masivos y violentos a lo que son ya frágiles fronteras en Melilla y Ceuta que se encaminan hacia una seria crisis si no hay medidas urgentes de Marruecos y España. La solución, según indicaron expertos, podría estar en unos muy amplio perímetros de seguridad en territorio marroquí en torno a las dos ciudades autónomas, y la plana cooperación entre Rabat y Madrid para que cese este clima de acoso, que puede ir a peor y a consecuencias todavía más dramáticas que las vividas en Ceuta.
Un total de 214 inmigrantes subsaharianos consiguieron entrar este viernes en Melilla en un nuevo salto masivo a la valla fronteriza, el tercero que se registra esta semana, según confirmó el director del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), Carlos Montero. Según ha informado la Delegación del Gobierno, la entrada se ha producido sobre las 06.00 horas en la zona próxima al arroyo de Beni Enzar, junto al principal puesto fronterizo que separa la ciudad autónoma de Marruecos. En su mayor parte, son naturales de Camerún y Guinea, según han relatado ellos mismos.
Melilla vive una extrema presión migratoria desde hace meses, que se ha incrementado en el mes de febrero, ya que este es el tercer asalto a la valla en apenas once días, el quinto de 2014. Según la Delegación del Gobierno en Melilla el suceso de este viernes se supone que es el de mayor entrada de subsaharianos a la ciudad autónoma desde 2005, el año de las avalanchas.