Martine Moïse volvió a Puerto Príncipe para ocupar un primer plano y recoger el legado de su marido-
Primero fue su testimonio inesperado en las honras fúnebres. se sobrepuso al dolor y habló con claridad y firmaza.
Aseguró que Jovenel Moïse fue “traicionado” advirtiendo que "las aves de rapiña" que mataron a su marido el pasado 7 de julio "siguen corriendo por las calles. Ni siquiera se esconden".
La primera dama de Haití pidió justicia para un hombre que fue "abandonado y traicionado". "Fuiste abandonado y traicionado. Tu asesinato expuso fealdad y cobardía", sus duras palabras en el acto en Cap-Haitien.
Reconoció con profunda tristeza que "el mayor pecado”"de su marido fue "amar a su país". "Defender a los más débiles frente a la codicia de otros", clamó con voz dura.
"Fuiste brutalmente asesinado. Se ha conspirado contra ti. Te odiaban, te lanzaron veneno", dijo llena de dolor.
Afirmó que "las aves de rapiña" que mataron a su marido "siguen corriendo por las calles". "Ni siquiera se esconden. Están ahí observándonos y escuchándonos".
Llamó a evitar que "la sangre de nuestro presidente se derrame en vano". "No queremos venganza, ni violencia. No cederemos al miedo. Los miraremos (a los asesinos) directamente a los ojos. Les diremos que ya es suficiente", su triste y emocionado llamamiento.
La primera dama abrió su intimidad sobre sus 25 años de relación con el presidente , al que descubrió como una persona "apasionada y decidida, amable, alegre y con gran carisma".
"Él se convirtió en mi himno y yo en su orquesta", dijo, relatando su vida en común y afirmando que nunca estuvo preparada para la muerte de su marido de esta manera.
Martine aseguró no entender "cómo la envidia de poder y la vulnerabilidad podían llevar a tal malicia contra" su marido.
"Siempre intentó hacer más y mejor”, agregó Martine describiendo el sistema político haitiano como "podrido e injusto", al tiempo que aseguró que su marido quería "salir con las manos limpias y puras" de la Presidencia.
Jovenel "se encontró de la noche a la mañana con todo el sistema delante. Se le trató con todo tipo de maldades". dijo Martine asegurando que se han utilizado "todos los medios -incluyendo las redes y los micrófonos de los medios de comunicación- para destruir a su marido" como presidente.
"Jovenel, mi amor, qué será de mí sin ti. Vete en paz, vete con el sentido del deber cumplido. Deja que tu alma descanse en paz, nosotros nos encargaremos del resto"', advirtió. "Es un adiós pero no una despedida. No pensé que este cambio que querías hacer podría llevar a tu asesinato. Los oligarcas han ganado una batalla. Hemos perdido una batalla, pero la guerra aún no ha terminado", insistió en un mensaje dramático y lleno de claves.
Nuervos datos
Martine añadió además muevas revelaciones sobre el magnicidio y reveló que sobrevivió al ataque porque "pensaban que estaba muerta”.
Martine describió el momento en que los atacantes entraron en la habitación que compartía con su marido y abrieron fuego. Aseguró que hablaban en español (idioma que no es el de Haití) y tras cometer el crimen se quedaron buscando algo que finalmente encontraron
Con el codo destrozado por los disparos, la boca llena de sangre y sin poder respirar, la primera dama de Haití yacía en el suelo junto a su cama, mientras veía cómo los asesinos de su marido irrumpían en la habitación.
"Lo único que vi antes de que lo mataran fueron sus botas”, dijo Martine Moïse sobre el momento en que su esposo fue asesinado a tiros junto a ella según The New York Times.
"Luego cerré los ojos y no vi nada más”, agregó. Mientras los atacantes inspeccionaban los archivos de su marido en la habitación, pudo escuchar en español lo que decían. "No es eso", repetían, y seguían buscando. Hasta que finalmente uno lo encontro. "Eso es", afirmó.
Acto seguido los asesinos abandonaron la habitación, pero antes le apuntaron con una linterna en los ojos para comprobar si aún seguía viva. "Pensaban que estaba muerta”", dijo en sus declaraciones a The New York Times, la primera entrevista tras el magnicidio.
Martine Moïse, de 47 años, describió el dolor que sintió al ver cómo su marido, un hombre con el que había compartido 25 años, era asesinado delante de ella. De todas maneras, no se animó a revivir los ensordecedores disparos, el temblor de las paredes y las ventanas, la aterradora certeza de que sus hijos también serían asesinados, el horror de ver el cuerpo de su marido y su lucha para levantarse del suelo después de que los asesinos se fueran de la habitación.
Su necesidad de hablar en este momento se explica en que no confía en la investigación que se está llevando a cabo y que sigue sin responder la pregunta más importante: ¿Quién ordenó y pagó el asesinato de su marido?
La Policía de Haití detuvo a varias personas acusadas de estar detrás del asesinato, entre ellas 18 colombianos y varios haitianos y haitiano-americanos, mientras continúa la búsqueda.
Las autoridades policiales sospechan de Christian Emmanuel Sanon, un médico y pastor de 63 años que habría conspirado para contratar a los mercenarios colombianos con el fin de matar al presidente y hacerse con el poder político.
Pero como muchos críticos de la versión oficial, Martine Moïse no cree que los principales acusados hayan sido capaces de financiar el ataque por sus propios medios. Afirma que hay un cerebro más poderoso detrás ordenando y suministrando dinero.
Le parece muy sospechoso que ninguno de los 30 o 50 guardias que trabajaban en su casa hayan resultado heridos.
"No entiendo cómo no dispararon a nadie”" piensa.
El presidente Moïse se había enfrentado a algunos de los oligarcas más ricos del país, entre ellos la familia que controla la red eléctrica nacional. Su esposa Martine pide que sea recordado como un hombre que se enfrentó a los ricos y poderosos, por lo que cree que estos pudieron tener algo que ver en el asesinato.
"Sólo los oligarcas y el sistema pudieron matarlo", insistió en la entrevista con The New York Times.
La familia dormía cuando el sonido de los disparos los despertó. Martine reveló que fue a levantar a sus dos hijos, ambos de unos 20 años, y les pidió que se escondieran en un baño, el único lugar sin ventanas.
El presidente buscó su teléfono móvil (celular) y pidió ayuda.
Pero la protección no llegó a tiempo y rápidamente los asesinos entraron en la habitación. Jovenel Moïse le dijo a su esposa que se tumbara en el suelo para que no le hicieran daño. “Ahí es donde creo que estarás a salvo”, le dijo. Fueron las últimas palabras que pronunció ante ella.
La primera dama aseguró que los atacantes "buscaban algo en la habitación y lo encontraron", pero no sabe qué.
Ahora Martine exige que organismos internacionales como el FBI rastreen el dinero que financió el magnicidio. Espera que la suma se remonte a ricos oligarcas de Haití, cuyos medios de vida se vieron alterados por los ataques de su marido a sus lucrativos contratos, afirmó en la entrevista con The New York Times.
Martine citó a Reginald Boulos, un poderoso empresario haitiano interesado en la presidencia del país, como alguien que podría estar vinculado con la muerte de su marido, aunque se abstuvo de acusarlo de ordenar el asesinato.
"Me gustaría que atraparan a la gente que hizo esto, de lo contrario matarán a todos los presidentes que tomen el poder", afirmó. "Lo hicieron una vez. Lo harán de nuevo", agregó.
La primera dama considera seriamente presentarse a la presidencia, una vez que se someta a más operaciones en su brazo lastimado. Los médicos planean implantar nervios de sus pies en su brazo, pero es posible que nunca recupere la movilidad. Actualmente sólo puede mover dos dedos.
"El presidente Jovenel tuvo una visión y los haitianos no vamos a dejar que muera", finalizó.