Martina Navratilova ya es una mujer casada. La tenista que sus 58 años porta un Premio Príncipe de Asturias y nueve torneos de Wimbledon, contrajo matrimonio con su joven prometida, la rusa Julia Lemigova. La pareja se casó el lunes 15 en Nueva York y momentos después del enlace hablaron con la cadena BBC.

La tenista confesó haber sentido algo "realmente raro. Con más de 50 años me caso por primera vez. Al haber crecido como una mujer gay nunca piensas que algo así vaya a suceder. Sin embargo, hace 10 años se aprobó el matrimonio homosexual y aquí estamos". Asimismo, pese a que hablaron con los medios, la ceremonia fue íntima y discreta.

La deportista, muy activa en Twitter, donde es una luchadora por las libertades civiles no quiso publicar nada relacionado con la boda. Todo esto contrasta de manera significativa con el show mediático que la Navratilova organizó para pedir matrimonio a su esposa, con la que lleva más de seis años de relación.

Asimismo los medios aseguran que podría haber una posible exclusiva. La pedida tuvo lugar este verano en directo durante el US Open, cuando por sorpresa Navratilova hinco la rodilla en tierra y sacó el estuche de un anillo de su bolsillo. "Por favor, cásate conmigo", repitió entre risas.

Durante su entrevista con la BBC, la flamante señora de Navratilova recordó aquel mismo momento y lo definió como una "inspiración" para muchas familias. Lejos de estos momentos de felicidad, lo cierto es que la pareja tuvo que superar grandes pruebas. Navratilova fue diagnosticada de cáncer de pecho en 2010 pero afortunadamente lo cogió a tiempo.

Ella, antes de emparejarse con la deportista, también tuvo que superar una trágica historia. Lemigova, que fue la última Miss URSS que representó a la Unión Soviética en Miss Universo, había tenido relaciones heterosexuales. La más conocida, con el millonario francés Edouard Stern, la 38ª fortuna de Francia en el momento de su muerte.

Lemigova y Stern, amantes durante años, tuvieron un hijo en 1999. Sin embargo, poco les duró la alegría puesto que bebé falleció aparentemente por causas naturales a los cinco meses y medio de vida. Cuando se conocieron los juegos sexuales de Stern, se llegó a especular con la muerte del hijo como algo no accidental.

Martina y Julia viven placidamente en Florida, con las dos hijas que la joven tuvo de una relación anterior a Stern. Desde que se retiró de las pistas de tenis, Navratilova solo ejerció como comentarista deportiva y gran defensora de los derechos LGTB. De hecho, en la entrevista que concedió tras su boda Navratilova insistió en que "todavía hay miedo de salir del armario en el mundo deportivo, especialmente entre los hombres".