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Manuel Merino renunció tras los graves disturbios en el país. (Foto: 24h/TRVE)

Manuel Merino renunció tras los graves disturbios en el país. (Foto: 24h/TRVE)

GRAVES DISTURBIOS

Martin Vizcarra insta a restaurar la democracia tras caer Manuel Merino en Perú

El presidente de Perú dimitió entre fuertes protestas tras días en el cargo. Baño de sangre por la represión policial. 44 desaparecidos tras los graves disturbios. Llamada al país de las Fuerzas Armadas.

Hechosdehoy / Ignacio R. Ferreira

El Congreso de Perú aprobó por 120 votos a favor y uno en contra aceptar la renuncia del presidente Manuel Merino. La Cámara debatirá la candidatura de Rocío Silva Santisteban para asumir la presidencia.

Cadena de acontecimientos en Lima:

1. Renunció el presidente tras masivas protestas en todo el país y graves disturbios en Lima. En mensaje el país, llamó "convocó a la unidad y a la paz".

2. Las Fuerzas Armadas anunciaron que ponen “todos sus medios y capacidades en la defensa del pueblo” tras la dura represión policial a las masivas protestas, que dejaron dos muertos, decenas de heridos y desaparecidos y llevaron a la renuncia del presidente interino Manuel Merino.

3. El Congreso discute al sucesor de Manuel Merino. El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa propuso a Gino Costa, del Partido Morado, como figura idónea para el período de transición. También se habla de su compañera de bancada Carolina Lizárraga.

4. El Tribunal Constitucional exigió a la Policía localizar a los más de 40 desaparecidos tras las protestas. Además, la Fiscalía anunció que investigará las graves violaciones a los derechos humanos durante la represión del sábado en Lima contra las masivas manifestaciones en rechazo al gobierno interino de Manuel Merino.

De la destitución de Martin Vizcarra a la obligada dimisión de Manuel Merino, una crisis grave y peligrosa para Perú. Agiganta aún más la crisis de confianza en la política en el país andino.

La destitución por el Congreso de Perú del presidente, Martín Vizcarra, investigado por recibir supuestos pagos irregulares, ha supuesto otra grave sacudida en la escena política del país.

Todos los jefes de Estado desde 1985 -con la excepción de Valentín Paniagua, presidente constitucional transitorio durante ocho meses entre 2000 y 2001- han terminado siendo investigados o procesados por delitos de corrupción.

Vizcarra, quien llevaba dos años y ocho meses en el cargo y tuvo que superar una importante crisis institucional en septiembre de 2019. Ahora fue censurado por la Cámara por amplia mayoría. Ha sido acusado de “incapacidad moral permanente” tras hacerse oficial la apertura de una investigación de la Fiscalía sobre unos 540.000 euros en sobornos presuntamente recibidos en 2013 y 2014 cuando era gobernador del departamento de Moquegua, al sur del país.

El ya expresidente ha negado los cargos. En septiembre ya se votó (y se rechazó) su destitución por presunto trato de favor en la concesión de obras públicas a un amigo, acusación que Vizcarra también rechazó tajantemente.

Esta crisis plantea de nuevo, de forma dramática, la necesidad de una lucha enérgica contra la corrupción de amplios sectores de la clase política. Atención a que varios de los impulsores de la destitución están encausados, detenidos o bajo arresto domiciliario por delitos como lavado de dinero, financiación ilegal o sobornos a jueces.

El que todos los presidentes desde 1985, menos uno provisional, hayan terminado ante los tribunales daña a las instituciones y puede provocar que la desconfianza de los votantes hacia sus políticos pongan en duda el sistema.

Atención a esta muy grave crisis y cómo se resuelva. Porque en el horizonte inmediato ya se sitúan las elecciones presidenciales de abril de 2021.


 
La destitución de Martin Vizcarra apunte nuevamente a la mayor trama de corrupción internacional en Sudamérica. El caso Odebrecht provocó un terremoto institucional en Brasil- Fue nocivo para México, y ha arrasado en Perú. Para América Latina en general, esta grave crisis de Perú supone también un fuerte mensaje de la necesidad de combatir de forma constante a la corrupción. Porque si no, como muestra Perú, sus efectos políticos y sociales llegan a ser demoledores.

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