La muerte de Eduardo Campos rompió un sueño personal y de futuro político para el país. Además de la conmoción, el dolor, y todos los detalles personales que rodearon la catástrofe aérea, puede convertirse en un auténtico vuelco para Brasil amenazando la reelección de Dilma Rousseff y marcando a la vez un fin de ciclo político para el Partido de los Trabajadores (PT). Si Marina Silva logra tener todo el apoyo del Partido Socialista de Brasil (PSB) será una candidata formidable.
La encuesta del Instituto Datafolha publicada por Folha de Sao Paulo -el primer sondeo tras la muerte de Eduardo Campos– reflejó la debilidad de Dilma Rousseff ante una segunda vuelta frente a Marina Silva. Para los analistas, Marina Silva movilizaría la asistencia a las urnas y recogería los votos de las protestas que surgieron en Brasil en la Copa Confederaciones y siguieron en la Copa del Mundo.
Con un 21% de apoyo según Datafolha, Marina Silva tiene casi tres veces más respaldo que el que alcanzó Eduardo Campos, el candidato de centroizquierda. Dilma Rousseff mantiene un 36% de apoyo y el centrista Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, el preferido por los mercados, un 20%. Este sondeo tiene dos claves importantes.
Marina Silva le arrebataría a Dilma Rousseff los votos necesarios para ganar la elección presidencial en la primera vuelta del 5 de octubre. Hasta ahora, y es el cambio significativo, los sondeos habían augurado una victoria por mayoría absoluta de Dilma Rousseff. Todavía es más importante la segunda clave. En una segunda vuelta, la definitiva, Marina Silva se impondría a Dilma Rousseff con un 47% frente a un 43%.
La campaña electoral y estos comicios son seguidos de forma muy especial por las grandes empresas del IBEX 35. Varios analistas confirmaron a Hechos de Hoy el cambio de fondo abierto en la campaña y el peso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ante los datos de una reelección de Dilma Rousseff que quedó comprometida.