Sorpresa en los mercados al confirmar el Partido Socialista Brasileño (PSB) a Marina Silva como su candidata oficial a los comicios presidenciales en Brasil. Marina Silva, quien tiene miedo a volar. No viajó aquel día con Eduardo Campos en el vuelo privado. Optó por un vuelo comercial para asistir a la reunión electoral. Y lo hizo, como siempre es su costumbre cuando sube a un avión, rezando. Aquella decisión le salvó la vida y la marcó de forma muy especial. Finalmente el PSB optó por ella para liderar su candidatura. Llegó a Brasil un huracán político que temen los mercados.
Roberto Amaral, presidente del PSB, anunció que la decisión se tomó por unanimidad. Marina Silva, al aceptar tan alta responsabilidad, prometió dar lo mejor por "un Brasil más justo, económicamente prospero, socialmente justo, políticamente democrático, y ambientalmente sostenible". El candidato a la vicepresidencia de Marina Silva es el diputado del PSB Beto Albuquerque, quien urgió "pasos más largos en favor de la justicia social, mejores servicios", y un cambio radical en la manera de hacer política.
La elección de Marina Silva ante los comicios del 5 de octubre supone un vuelco político y cambio radical en Brasil, la mayor economía de América Latina y la séptima del mundo. Antes de esta elección, asunto que destacó Hechos de Hoy, la encuesta del Instituto Datafolha publicada por Folha de Sao Paulo –el primer sondeo tras la muerte de Eduardo Campos– reflejó la debilidad de Dilma Rousseff ante una segunda vuelta frente a Marina Silva. En los comicios, Marina Silva se enfrenta a la actual presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT, la izquierda en el poder desde 2003) y al senador Aécio Neves (Partido de la Socialdemocracia Brasileña, PSDB, la socialdemocracia que gobernó durante ocho años).
Marina Silva representa hoy en Brasil la candidatura de la renovación de un centro izquierda frente al PT y PSDB, que se alternaron en el poder en los últimos 20 años. El PSB estuvo en la coalición de gobierno con el PT desde 2003 hasta el año pasado. En 2010, Marina Silva fue la tercera candidata más votada en las presidenciales, con 20 millones de votos, entonces con el pequeño Partido Verde.
De imagen y salud frágiles, por años de enfermedades de la selva, Marina Silva encarna una historia tenaz de lucha y coraje. Nacida en una humilde familia de 11 hermanos en el interior del amazónico estado de Acre (al norte de Brasil). Marina Silva, profundamente religiosa y evangélica, fue analfabeta hasta los 16 años.
Madre de cuatro hijos, trabajó como empleada doméstica mientras aprendía a leer y escribir, y se formó en historia, antes de volver a sus origenes, al lado del mítico líder amazónico Chico Mendes, asesinado en 1988. En 1995 se convirtió en la senadora más joven del país y en 2003, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva la llamó para ser su ministra del Medio Ambiente. Con Eduardo Campos había formado un tándem de futuro pero la historia se aceleró y la colocó en el epicentro del nuevo debate político en Brasil.