El final del kirchnerismo en Argentina ha destapado sobre todo el poder del crimen organizado en la Provincia de Buenos Aires (con una extensión superior a Italia). Se trata de bandas mafiosas, narcos poderosos a diferente nivel, y, lo que es peor,  la realidad de la infiltración de la Policía y los cuerpos de seguridad en prisiones.

Ha sido la valentía y la gestión de María Eugenia Vidal, gobernadora de la Provincia de Buenos Aires por Cambiemos, la que ha destapado una grave crisis de corrupción política e infiltración del narcotráfico. El papa Francisco, que ha mantenido sus distancias con la Administración de Mauricio Macri, tiene ahora información, de forma desoladora, sobre los hilos de estas mafias.

La reacción de María Eugencia Vidal es de firmeza en la cuestión más delicada que es la de la infiltración. Policías corruptos y funcionarios de prisiones a las órdees de narcos es el peor cáncer. La lucha de María Eugenia Vidal es decidida habiendo cesado desde el inicio de su gestión a 4.000 agentes.

Lo reafirmó a la cadena CNN. "Hacer lo correcto en la provincia de Buenos Aires pone incómodos a algunos sectores, pero eso es lo que votó la mayoría, el año pasado la mayoría votó un cambio", señaló.

"Se votó que vayamos contra los policías que conviven con el delito, votó que saquemos del Servicio Penitenciario a aquellos que también son funcionales al delito, votó que eliminemos las mafias de negocios que había adentro del Estado, combatir el juego ilegal, y todo eso tiene costos", subrayó la gobernadora.

Por eso ha tomado muy en serio los riesgos que está asumiendo. Aumento su protección personal y sus medidas de seguridad. Decidió además abandonar su domicilio personal de Castelao, al oeste de la ciudad de Buenos Aires, para trasladarse a la base de Morón de la Fuerza Aérea.
 

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