Llegó el momento del cambio en Madrid, al igual que en Barcelona y Valencia, las tres principales ciudades de España (ver en Hechos de Hoy, El equipo de Rita Barberá a lágrima viva en el adiós al Ayuntamiento de Valencia).

No fue el Partido Socialista (PSOE) quien acabó con  la mayoría del Partido Popular (PP) en Madrid sino la marca apoyada por Podemos. Fue también el motor de los cambios en Barcelona y Valencia. Pero en los tgres casos hay lecturas muy particulares.

Los últimos días en Madrid fueron de nervios y suspense ante el silencio de Esperanza Aguirre y la sospecha de un nuevo epiosodio de tamayazo, una fuga de votos que podría cambiar el escenario previsto. No sucederá. Manuela Carmona (Ahora Madrid) y Antonio Miguel Carmona (PSOE) se adelantaron para desmentirlo. No hay lugar esta vez para el suspense y la sorpresa.

La confirmación de la derrota del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid es asunto grave para La Moncloa y motivo de desconcierto. La abstención es lo que perjudicó esta vez la candidatura de Esperanza Aguirre que fue de más a menos.

Pese a que todos los focos están sobre los dos protagonistas, Carmena y Carmona, el desenlace de la batalla política en Madrid ha avivado los fuegos en el PP. La cuestión más delicada es el espacio por el que ahora avanza Mariano Rajoy que ya no tiene margen de maniobra de cometer errores. Es un liderazgo cuestionado abiertamente en el IBEX 35, los grupos de comunicación, y los círculos políticos de la derecha. El marianismo está en horas bajas.

Si no acierta en sus cambios en  el Gobierno y en  el partido, va a crecer de forma inmediata la contestación interna. Para el PP es un varapalo no haber logrado ninguna mayoría absoluta en los gobiernos regionales y haber perdido las batallas locales de Madrid y Valencia. El Partido Socialista no las ganó pero las capitalizó políticamente como victorias.

El PP de Esperanza Aguirre ganó las elecciones en el Ayuntamiento de Madrid, con 21 concejales (con 563.292 votos, el 34,55%), sólo uno más que la lista encabezada por Manuela Carmena (Ahora Madrid), pero perdió la mayoría absoluta. Antonio Miguel Carmona (PSOE) pasó a ser la tercera fuerza con nueve concejales y Ciudadanos, bajo la candidatura de Begoña Villacís, que obtuvo seis representantes, se quedó como cuarta. En la escena política local de Madrid desaparece Izquierda Unida. 

Finalmente los líderes de los grupos municipales de Ahora Madrid y del Partido Socialista firmaron su acuerdo. Abre la llave a Manuela Carmena como la sucesora de Ana Botella. Es su hora dulce sobre Esperanza Aguirre tras duelos agrios. Manuela Carmena avanzó que el objetivo es traer "un cambio de verdad en la manera de hacer política y en las políticas que vamos a desarrollar". 

"Es un acuerdo de investidura, el miedo a que exista una operación tan vergonzosa como el tamayazo no existe. Estamos 29 concejales decidimos a votar por la investidura de Ahora Madrid", aseguró. Para Manuel Carmena se abre ahora la posibilidad de escuchar a PSOE y Ciudadanos y de buscar escenarios de encuentro. O de girar más a la izquierda y radicalizarse. Ha insistido en que no lo hará y que ni milita en Podemos ni recibe instrucciones de Pablo Iglesias. Puede abrir su camino particular y dejar su huella. Con todo, el cambio en Madrid llega con máximo morbo y muchas incógnitas.