Es aún un sueño pero avanza como proyecto político guiado por el amor a su ciudad natal, Barcelona, la metrópoli donde nació en 1962.
Manuel Valls (de padre catalán y madre italiana) viene manteniendo muchos encuentros. Está escuchando opiniones valiosas. Responde a todas las preguntas que se le hacen. Sus interlocutores tienen ya una impresión muy exacta. Manuel Valls está dispuesto a presentarse a las elecciones municipales en Barcelona pero solamente lo haría desde una plataforma transversal. Nunca atado a un partido político de los que están representados en el Parlamento de Cataluña.
En cierta forma, salvando las distancias, su proyecto traduciría en parte las sensibilidades que ha tenido Josep Antoni Duran i Lleida desde la desaparición de la federación de CiU. En la escena política de Europa, como el caso en concreto de Francia, buscaría un movimiento parecido al que llevó a Emmanuel Macron a El Elíseo.
Definitivamente, Manuel Valls meditará en agosto cerrar una parte de su vida y comenzar otra.
En Barcelona ha tenido largos encuentros con Juan José López Burniol, Cristina Apgar del grupo de jóvenes profesionales Twenty50, y Antoni Fernàndez Teixidó -del partido catalanista y liberal Lliures-.
Manuel Valls sabe muy bien la primera dificultad. Le han querido colocar la etiqueta del proyecto político de Inés Arrimadas, de Ciudadanos. De ahí que haya insistido en todas sus conversaciones en que solo daría el paso definitivo de ser candidato al frente de un movimiento de hombres y mujeres libres a favor de Barcelona, sin ninguna etiqueta política, con un concepto radicalmente transversal.
Si hubiera que ponerle un sello a sus actuales reflexiones, es bien claro. A favor de Barcelona como la gran capital del Mediterráneo Occidental. Quiere ayudar a posicionar Barcelona como una ciudad más fuerte en el Mediterráneo, en Europa y en la escena internacional.
Manuel Valls, exprimer ministro de Francia, es en la actualidad diputado en la Asamblea Nacional. Si su decisión es definitiva, tendría que cerrar oficialmente en el mes de septiembre una parte de su vida. Y ponerse de inmediato a trabajar en las cruciales elecciones municipales del 26 de mayo de 2019.
El espacio político que pretende abacar es muy amplio. Desde el catalanismo progresista a los sectores moderados no independentistas que militan en partidos muy diferentes. No quiere estar en una posición ideológica cerrada.
Él lo define de forma muy rotunda. "No me he marchado del Partido Socialista francés para ser un hombre de partido. Debe haber hombres y mujeres que no pertenezcan a partidos. Si soy candidato, quiero el mejor equipo para Barcelona", ha sentenciado.
En sus conversaciones en Barcelona, Manuel Valls ha escuchado las reflexiones de la escritora Nuria Amat; el académico Francisco Rico; el escritor Javier Cercas; el arquitecto y pintor Óscar Tusquets; y el editor Jorge Herralde.
Manuel Valls está a favor de un diálogo político inteligente. Y es consciente de que una de las llaves de las tensiones en Cataluña y su futuro político pivota sobre la necesidad de recuperar para Barcelona toda su reputación y su proyección internacional.
