Domingo de satisfacciones personales para Mariano Rajoy (por el reconocimiento de José María Aznar en la clausura del Campus Faes) pero de seria inquietud ante los acontecimientos en Grecia y su capacidad de contagio político y económico.
Estuvo informado de la evolución de la jornada en Grecia y los primeros sondeos que confirmaron el rechazo mayoritario a la Comisión Europea. Con el 60% de los votos escrutados, quedó ratificado un amplio triunfo de Alexis Tsipras. Se impuso el rechazo a la Comisión Europea por un 51% frente al 38%. De nuevo, en esta ocasión, las encuestas no avanzaron un vuelco muy profundo.
En la crisis que se abrió desde la tarde del domingo, Luis de Guindos, ministro de Economía, y el candidato de España a presidir el Eurogrupo, pasó a un primer plano. Guindos conoce las claves europeas, ha hablado a fondo en esta última etapa de la saga griega con Yanis Varoufakis y conoce las sensibilidades en el Eurogrupo.
Guindos suspendió su viaje a Cuba para estar al lado de Mariano Rajoy y mantener el hilo directo con los ministros de Finanzas. Como sucedió el lunes anterior, nueva cumbre económica en La Moncloa para analizar el nuevo escenario. El contexto de España es muy diferente, así como el de la Eurozona, por ser ahora un bloque compacto.
Aunque se sabe que es un lunes trascendente que puede castigar a las Bolsas de Europa, al IBEX 35 en particular y a la prima de riesgo de España (los expertos hablan de un sismo que puede llegar a los 10 puntos). En la Moncloa no se olvida que España tiene el único partido polítco, Podemos, de extrema izquierda, que mantiene una estrecha alianza con Syriza.
Ni Mariano Rajoy ni Luis de Guindos minimizan la complejidad del momento que pone a prueba al Banco Central Europeo. En Estados Unidos, la Reserva Federal nunca vivió un ataque interno contra el dólar ni una falta interna de solidaridad y coherencia a nivel federal. De nuevo, un lunes de fortísimas incógnitas.