Sin haberla visto, no opinaré de su calidad artística. Tampoco es que hagan estas películas para que un crítico hable de arte o de la visión cosmográfica del director. Yo la veré, porque me entretiene. Soy muy fan de Sylvester Stallone. A veces me apetece, por supuesto, ver peliculones; pero otras veces me apetece ver una historia que no me haga pensar mucho.

Esta es de este género y no pretende más. De lo que sí me quejaré, un poco, es del poco riesgo que hay en el Hollywood actual. Pocas intranquilidades, mejor repetir y repetir esquemas. Por eso me gustó Barbie, es una película arriesgada, diferente, mejorable en su esencia; pero puede abrir caminos nuevos. Los Mercenarios 4 se ha dado el batacazo en la taquilla en su primera semana de estreno en los United States.

Las anteriores me las tragué bien. De un presupuesto de 100 millones de dólares, ya lleva recaudados 8. Algo es algo. Pero, me imagino, no es lo que se esperaban.

También, estrenar una cinta a finales de verano, no es una gran estrategia. Ninguna de las películas estrenadas ha logrado cumplir las expectativas. La película cuenta con los incondicionales actores Jason Statham y Dolph Lundgren (aquel Iván Drago ruso con el que se pelaba Rocky en la cuarta entrega de la saga) y la incorporación de Meghan Fox (la de Transformers). Bueno, que eso es lo que quería decir, que ya empiezan a cansar tantas repeticiones y esas sagas eternas que no ofrecen si no más de lo mismo.