En 2012 el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Sáez, eligió un “entrenador dócil” para relevar al italiano Sergio Scariolo. El elegido, Juan Antonio Orenga, con un historial de 12 partidos en la ACB como entrenador y saliendo por la puerta de atrás de Estudiantes, fue el elegido. Y hoy, dos años después, tenemos el resultado, un seleccionador que ni planteó partido ni supo dar respuesta a los problemas y llevó a España… hasta cuartos del Mundobasket.
La Federación Española de Baloncesto anunció este martes la dimisión de Orenga, tres días después de que el técnico asegurara que se veía con "fuerzas y energía" para continuar en el cargo. Según explica la FEB, Orenga considera que "no se han alcanzado los resultados esperados en la Copa del Mundo" y presenta su renuncia "con el propósito de facilitar la planificación del futuro a corto y medio plazo".
Tras la inesperada eliminación ante Francia, el presidente José Luis Sáez había aplazado a "finales de octubre o noviembre" cualquier decisión y Orenga había reafirmado su compromiso de seguir en el cargo. Los gritos de "¡Orenga dimisión!", que volvieron a escucharse el domingo durante la final entre Estados Unidos y Serbia que presidió Felipe VI, podrían haber precipitado la decisión del técnico.
Se cierra una etapa de dos años en la selección española más exitosa de la historia, marcada por el fracaso en la Copa del Mundo, segundo gran torneo que encabezó el ya exseleccionador después de haberse colgado el bronce en el Eurobasket de Eslovenia.
Orenga afrontó dos retos de nivel en su periplo al frente del banquillo de la considerada mejor generación de jugadores del deporte de la canasta. Sin algunos de sus grandes referentes (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes o Serge Ibaka) salvó con un podio el primero, pero en el segundo, el Mundial celebrado "en casa", la derrota con Francia en los cuartos provocó el fin de su etapa.