En declaraciones a Radio Élite, Verónica Sarauz explicó que indicaron a su marido que abandonara el recinto del mitin por la puerta principal. Sin embargo el general que lo acompañaba y mandos policiales lo hicieron por la puerta de atrás.

A la salida del colegio Anderson le esperaban los asesinos mandados por Los Lobos para matarle bajo una lluvia de 40 balazos.

“Falló el equipo de seguridad de Fernando. Falló el jefe de logística. El jefe de seguridad falló. Fernando debió salir por la puerta de atrás, como lo hizo el general Patricio Carrillo con la escolta de la Policía”, declaró Verónica Sarauz.

“Las cosas están hechas, el país se va al carajo. Debemos demostrar nuestro coraje, si no el país se va al abismo. Esto no debe quedar en la impunidad”, sentenció.

¿Qué futuro para Ecuador?

Encajonado entre Colombia y Perú, a orillas del Pacífico, el país se extiende en la costa oeste de Sudamérica.

Sus diversos paisajes abarcan la selva del Amazonas, las zonas altas andinas y las islas Galápagos de abundante fauna. En las laderas de los Andes, a una elevación de 2,850 m, Quito, su capital, famosa por su centro colonial español que se ha conservado intacto por mucho tiempo, con palacios decorados del siglo XVI y XVII y sitios religiosos, como la ornamentada Iglesia de la Compañía de Jesús.

Violencia inaceptable y asfixiante

La gravedad del asesinato de Fernando Villavicencio pone en evidencia la situación límite que vive Ecuador. En la historia moderna del país nunca había sido asesinado un candidato presidencial.

Fernando Villavicencio -que trabajó como líder síndical, periodista y diputado- se había lanzado como candidato a la presidencia por el movimiento Construye después de que Guillermo Lasso adelantará la convocatoria de elecciones para este mes agosto, el domingo 20.

Fernando había denunciado la infiltración del narcotráfico en la Administración. Su campaña pivotaba sobre la necesidad de afianzar la seguridad ciudadana con la profesionalidad y regeneración ética de la Policía y el Ejército.

En julio, Ecuador quedó conmocionado con la noticia del asesinato del alcalde de la ciudad de Manta, Agustín Intriago. También murió Ariana Estefanía Chancay, una deportista que se había acercado al alcalde para pedirle una ayuda.

También en julio, Rinder Sánchez, candidato a diputado por la provincia de Esmeraldas, fue tiroteado. En febrero, dos candidatos a alcalde murieron en atentados.

Además la muerte de Intriago coincidió con un nuevo brote de violencia en las cárceles ecuatorianas. El 22 de julio, presos del Centro de Privación de Libertad Guayas No 1, ubicado en Guayaquil, la segunda ciudad más poblada y donde está el puerto más importante de Ecuador, se enfrentaron entre ellos.

Las autoridades enviaron a 2.700 policías y militares a restaurar el orden y poner fin a los incidentes. La revuelta dejó el balance de 31 víctimas.

El poder del narcotráfico

Las provincias occidentales de Esmeraldas, Guayaquil y Manta son los principales escenarios de la violencia. En estas provincias se hallan los principales puertos del país, las infraestructuras que son vitales para el narcotráfico y el crimen organizado.

Ecuador comienza a padecer gravemente la debilidad de los controles fronterizos. La ruta desde Colombia y Perú –principales productores de cocaína en el mundo– es relativamente sencilla. En Ecuador, además, apenas hay controles marítimos y aéreos.

Fernando Villavicencio había definido con precisión este escenartio de gravedad.  El narcotráfico está estendiendo su poder y penetración en las 24 provincias del país. Los narcos buscan a la vez la costa para la salida de la droga y la sierra como puntos de almacenamiento.

El fenómeno del bukelismo

Para analistas, la clave no es tener más policías y militares sino en desarrollar un control estricto del lavado de dinero.

Es necesario además centrarse en la inversión social y romper las estructuras económicas del crimen organizado. Es vital combatir la deserción escolar y evitar que los jóvenes terminen las filas de las organizaciones criminales y se conviertan primero en pandilleros y luego sicarios.

Ecuador tiene que poner encima de la mesa el acabar de raíz con conexiones entre cuerpos policiales y militares con narcos y crimen organizado.

Decretar estados de excepción y llenar las cárceñes de detenidos acaba por agravar todos los escenarios. El hacinamiento carcelario, incentivala violencia y el surgimiento de actividades ilícitas como la extorsión a presos por parte de bandas organizadas.