Importante audiencia del Papa a la canciller -excepcionalmente larga, 40 minutos-. Un jesuita llegado a Roma podría hacer más que el primer Papa alemán, Benedicto XVI, por el ecumenismo. Fue la impresión de quienes siguieron la profundidad del encuentro de Francisco y Angela Merkel, y la atención concedida al peso de lo que se calificó por ambas partes como los "valores espirituales". Tres reuniones en tan poco tiempo -destacaron fuentes vaticanistas a Hechos de Hoy– es un privilegio que sólo tienen los presidentes italianos.

El tercer encuentro del Papa con la canciller fue profundo. Angela Merkel quiso que tuviera información en directo sobre la próxima cumbre del G7, que se celebrará en Elmau (Alemania) el 7 y 8 de junio.  Federico Lombardi, portavoz del Papa, destacó la "dedicada atención" a las cuestiones de carácter internacional. Incluyendo la dimensión moral y ética: la lucha contra la pobreza y el hambre; la trata de seres humanos y los derechos de las mujeres; los retos de la salud global; y el cuidado del medioambiente.

El Papa y la canciller examinaron los derechos humanos y de la libertad religiosa, y coincidieron en la importancia "de los valores espirituales para la cohesión social", explicó Federico Lombardi. De forma sorpresiva, en un detalle que sorprendió y agradó a Francisco, la canciller, que es hija de un pastor luterano, incluyó en sus regalos un sobre con una donación para los hijos de los refugiados en Oriente Medio, las víctimas que más sufren la ola de odio atroz en las guerras de Siria e Irak, con una persecución a los cristianos extendida ahora a Libia.

Francisco y Angela Merkel hablaron además con atención de Ucrania. El Papa conoce de forma pormenorizada los informes de los obispos ucranianos. Sabe bien las diferentes sensibilidades políticas y religiosas, y el verdadero clamor de paz que se expresa. Francisco rechaza de forma tajante que el odio de Oriente Medio se pueda extender al centro de Europa. Agradeció a la canciller su mediación y escuchó con atención su análisis.

Francisco, que es osado en todas sus acciones, regaló a la canciller una edición de Evangelii Gaudium, que es un recordatorio de que el dinero debe servir, no gobernar. la canciller aceptó el reto y le prometió que lo leerá. La delegación alemana fue importante. Los dos estuvieron muy distendidos. Angela Merkel valora este papado, el vigor de las palabras de Francisco y todas sus acciones. La perspectiva en el Vaticano es la de que se encuentra cómoda con un Papa latino, abierto en profundidad a lo que es el diálogo no sólo en escenarios lejanos sino en la propia Europa, en el plano político y también religioso. Fue una audiencia intensa para ambos.