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Bretón, precursor de la llamada "ópera española", creó una obra llena de dramatismo. (Foto: OC)

HASTA EL 12 DE FEBRERO

La resurrección de la mejor ópera española se puede vivir en el Teatro de la Zarzuela

Guillermo García Calvo, director musical del coliseo, se encarga de la dirección musical con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y el Coro de Voces Blancas Sinan Kay, y Amelia Ochandiano de la dirección de escena.

Hechosdehoy / Enrique Sancho / OC
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Han tenido que pasar 85 años desde que en junio de 1937 –en plena Guerra Civil– se representara “La Dolores” en el Teatro de la Zarzuela, para que la que muchos consideran la mejor ópera (que no zarzuela) española se vuelva a ver en el mismo escenario. Y se repone ahora, coincidiendo con el centenario de la muerte de su autor, Tomás Bretón.

Serán “sólo” 13 representaciones del 27 de enero al 12 de febrero con dos repartos –casi un récord para lo que suelen durar estas obras en cartel (qué tiempos aquellos cuando tras el estreno se representó 53 días seguidos en Madrid y 103 en el Tívoli de Barcelona)–. Guillermo García Calvo, director musical del coliseo, se encargará de la dirección musical con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y el Coro de Voces Blancas Sinan Kay, y Amelia Ochandiano de la dirección de escena. Los repartos que asumirán los diferentes roles estarán integrados por Saioa Hernández, Carmen Solís, Jorge de León, Javier Palacios, José Antonio López, Ángel Ódena, María Luisa Corbacho, Milagros Martín o Rubén Amoretti, entre otros. La escenografía está firmada por Ricardo Sánchez Cuerda, el vestuario es de Jesús Ruiz, la iluminación es de Juan Gómez Cornejo y la coreografía de Miguel Ángel Berna que dirige al espectacular conjunto de 17 bailarines-actores y tres acróbatas.

Sorprende un tanto que esta ópera dramática y un tanto oscura en la que cinco hombres pugnan por el amor de una cantinera, fuera precedida tan solo un año antes por el jovial sainete lírico de L”a verbena de la Paloma” protagonizado por chulapas, guardias y serenos, también de Bretón. Sin embargo, en esta ocasión Tomás Bretón llevó al público a contemplar y a vivir una historia de tema rural cantando en castellano, en los escenarios de los templos líricos del país hasta entonces reductos de los modelos europeos. Además de la famosísima Jota (casi un himno nacional, cuando se decía lo de España y sus regiones…), Bretón compone un impresionante mural de personajes y emociones, en el que nos muestra la constante lucha y supervivencia de una mujer de gran fortaleza en un entorno hostil y muy masculino que la rechaza por carecer de la honra que ellos mismos le arrebataron.

Bretón, precursor de la llamada “ópera española”, creó una obra llena de dramatismo pero alejada del neorromanticismo reinante en lo literario y de los estilos operísticos italianizantes, aproximándose más a lo wagneriano.

Amelia Ochandiano, directora de escena, destaca la grandeza, la luz y la pasión que encierra “La Dolores”: “Es una grandísima ópera española. Una partitura brillante y apasionada con un libreto lleno de matices y juegos dramáticos”. Y también recalca que la historia de esta muchacha se muestra como un aparente juego frívolo, festivo e intrascendente “que hemos querido resaltar en nuestra propuesta escénica, pero con un fondo siniestro y cruel que es casi imposible que no acabe en tragedia si no fuera porque Dolores no va a ser presa fácil, y sobre todo porque contra los deseos de amar, ser amado y entregarse al otro en cuerpo y alma, es casi imposible luchar”.

Por su parte, José Carlos Plaza, que dirigió la obra en el Teatro Real en octubre de 2004, comentó entonces “Solana, Valle, Goya, Buñuel han estado sobrevolando nuestro trabajo. Ellos y tantos más, supieron desnudar una parte del alma española y expresarlo con dolor a través del arte. Bretón, con su Dolores, es una pieza más de esta cadena. Muestra una parte de España, la España oscurantista y represora que, aunque los tiempos la barnicen de modernidad, todavía da zarpazos desgarradores”.

En “La Dolores” brilla el talento operístico de este compositor y excelente director de orquesta, que dirigió el Conservatorio de Madrid durante más de 20 años en pro de la modernización de la enseñanza musical, y cuya obsesión de por vida fue precisamente la de crear e instituir dentro y fuera de nuestras fronteras el sello de una ópera pura e incontestablemente española.

En el último ensayo con prensa y público se aplaudió con ganas cada una de las arias y dúos genialmente interpretados, especialmente por Dolores (Saioa Hernández) y el seminarista Lázaro (Jorge de León) que finalmente logra el efímero amor de la cantinera. Y todo el teatro puesto en pie acogió el final de la obra y al centenar de músicos e intérpretes.


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