El tercer protagonista, el papa Francisco, de la negociación secreta que llevó a la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, se hizo sentir con fuerza en el arranque de la Cumbre de las Américas (ver en Hechos de Hoy, Obama con el apoyo de Peña Nieto y Rousseff ante Raúl Castro).

El Papa ha seguido con muchísima atención todos los preparativos de esta cumbre que es excepcional en todos los sentidos. Consideró esta reunión esencial para Cuba pero también para el resto de América Latina al cerrar la gran herida que permanecía abierta en el Caribe.

Francisco, a lo largo de las conversaciones secretas, intuyó el efecto dominó del proceso que se abría con consecuencias benéficas, como así se esta produciendo, para Colombia y Venezuela. El Papa no viajó a Panamá pero dejó un mensaje cargado de intenciones en manos de su mano derecha, su número dos, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

El enviado especial de Francisco vivió el primer saludo de Barack Obama y Raúl Castro, el apretón de manos que selló el fin de la Guerra Fría en el Caribe. A continuación, invitado por el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, leyó el mensaje especial del Papa para esta memorable Cumbre de las Américas.

En este mensaje, el primer jesuita convertido en Papa, llamó a buscar un mismo camino para afrontar los problemas de América Latina. Era un mensaje de máxima importancia para Francisco porque fijaba la posición de la Iglesia católica en un escenario que considera vital. Parolin hizo énfasis en las palabras del Papa.

Francisco reconoce que América Latina ha dado grandes pasos adelante. Pero a la vez llama la atención sobre la extensión de la pobreza pidiendo que se reduzca la desigualdad, un logro que en su opinión sólo se conseguirá si los gobiernos trabajan en la misma dirección.

"La injusta distribución de las riquezas y los recursos es fuente de conflicto y violencia entre los pueblos porque supone que el progreso de unos se construye sobre el necesario sacrificio de otros y que para poder vivir dignamente, hay que luchar contra los demás", dijo el mensaje de Francisco. 

"Hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa y servicios públicos como la salud o la educación, la seguridad y el medio ambiente de los que ningún ser humano puede ser excluido", enfatizó el comunicado especial del Papa para esta cumbre.

Parolin leyó con solemnidad estas palabras en la ceremonia de inauguración de la cumbre el viernes por la noche en Ciudad de Panama. Juan Carlos Varela, perfecto anfitrión de esta cita excepcional. invitó al Vaticano. No olvidó que el propio Parolin y Francisco fueron los arquitectos en la sombra de esta reconciliación entre Cuba y Estados Unidos.

El ambiente en Panamá es magnífico. Desde que se creó este foro regional en 1994, por primera vez Cuba fue invitada. Es ahora cuando la Cumbre de las Américas, a la que asiste España como observadora, cobra su justa dimensión. Aunque Barack Obama y Raúl Castro se habían saludado en el funeral de Nelson Mandela, no habían mantenido ningún contacto.

En el comienzo de la Cumbre de las Américas se saludaron de forma muy distendida, incluso con afecto, en presencia de Ban Ki-moon y en medio de una gran expectación. Fue el inicio prometedor de este hito en Panamá, una Cumbre de las Américas llamada a cambiar la Historia.